El productor de bananas Mark Reppel está "eufórico", pero no cambiará más que uno o dos de los protocolos más molestos que ha tenido que aplicar ahora que su plantación de Mareeba ha sido liberada del patógeno del mal de Panamá TR4 en la última de las cuatro fases de la prueba, la prueba definitiva Grupo de Compatibilidad Vegetativa. "No vamos a cambiar demasiado. Vamos a mantener todos los protocolos para el futuro próximo. Muchos de ellos son cuestión también de sentido común", asegura. Sus aproximadamente treinta empleados también seguirán trabajando en la plantación. La cuarentena se levantó en las dos plantaciones de Reppel el martes.
Una cosa que cambiará es que ya no habrá un inspector en la planta de envasado de Reppel.
El Gobierno de Queensland se ha comprometido a reembolsar los ingresos netos que Reppel ha dejado de ganar, y los de las otras plantaciones que no han podido desempeñar su actividad económica durante la cuarentena. "A mí no me interesa una respuesta inmediata, a mí me interesa obtener el resultado correcto, en primer lugar en cuanto a los procedimientos que han permitido que esto ocurra y, después, por supuesto, en cuanto a compensación", señala.
Los productores permanecerán alerta
Las buenas noticias para Reppel y su negocio, Repstar, llegan al mismo tiempo que Biosecurity Queensland y el Comité de Productores Australianos de Bananas han advertido a otros productores de bananas del estado que permanezcan alerta y continúen aplicando las mejores prácticas para evitar cualquier propagación más del mal de Panamá TR4. Todavía hay una plantación en Tully que ha dado resultado positivo, por lo que los procedimientos de contención y vigilancia se mantendrán. "Los productores deben recordar que todavía hay un caso de TR4 en una plantación de Tully Valley y este resultado ha sido confirmado mediante el uso de las pruebas de TR4 de mayor nivel disponibles", explica en un comunicado el presidente del ABGC, Doug Phillips.