Beemsterboer se centra básicamente en las ventas fuera de Europa y según William la demanda no es tan elevada. “Ha salido mucho hacia Brasil, pero ese volumen se está reduciendo ahora. Estamos a finales de temporada y existe el riesgo de que las cebollas lleguen deterioradas. También está entrando más cosecha propia en ese mercado. África, por otra parte, está demandando más. El Ramadán se acerca y esto crea demanda en países como Mauritania y Costa de Marfil, incluso cuando hay suficiente cosecha nacional en los países vecinos”.
“Ha habido un buen ambiente entre los productores durante toda la temporada. Sabíamos que echaríamos de menos las ventas a Rusia, pero en realidad no puedes contar con ellas de todos modos. Ha habido muchas ventas en Europa durante todo el año, parece que las cosechas en Europa del Este fueron decepcionantes y hay bastante demanda y bastante exportación. Afortunadamente, tenemos buena calidad de cebollas este año. Por supuesto, hay ya algo de deterioro a estas alturas, pero el color todavía es bueno”.
La tónica en los últimos años ha sido el aumento de precios en las cebollas provocado por el momento de compra de los envasadores, según explica William. “Cuando hay algo más de demanda, todos los envasadores se dirigen a los productores y enseguida hay cuarenta comisionados dando vueltas. Estoy ansioso por ver cómo se desarrolla el mercado en las próximas semanas. El precio está ya en un cuarto de euro, pero se está encareciendo para los compradores africanos. Ya estamos suministrando chalotas como alternativa, ya que son más baratas y mejores en estos momentos. Si alcanzamos los 30 céntimos habrá más alternativas en el mercado”.
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