Kita Fitton, de 20 años, estaba elaborando packs de comida cuando, al coger el paquete, de pronto notó un dolor punzante. Cuando retiró la mano, vio caer el escorpión, que le había dejado el aguijón clavado en el dedo.
Fitton acudió deprisa al servicio de urgencias, pero los médicos no tenían claro cómo tratarla. Después de suministrarle fármacos contra el dolor, seguía sin sentir el dedo corazón.
Fitton, de Crayford, Kent, declaró: "Soy una persona valiente, pero esto daba mucho miedo. Era como una picadura de abeja, pero al menos cuarenta veces peor. El dolor era desmesurado. Dolía tanto que pensé que iba a morir. Ahora se aguanta mejor, pero volveré al hospital si sigue así de inflamado".
"Tras quejarme a Tesco, alguien vino a recoger el paquete para investigarlo y me ofreció devolverme los 59 peniques o lo que fuera, lo que me pareció un poco insultante. Imaginemos que le hubiera picado a un niño; podría haber sido mucho peor".
Cuando el escorpión la picó, Fitton gritó pidiendo ayuda y los residentes y sus compañeros acudieron corriendo. Mataron al escorpión con el zapato de un compañero y lo metieron en una bolsa para sándwiches en caso de que se necesitara como prueba.
Fitton indicó: "Al principio, en el hospital pensaron que era una broma porque en Inglaterra a nadie le pica un escorpión. Me preguntaron si era mi mascota, pero yo le había hecho una foto y habíamos investigado en la sala de espera. Les dijimos que era un escorpión negro de Costa Rica".