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Entrevista con Mark Greenberg, presidente de Capespan North America
Sudamérica desempeña un papel importante en el suministro de uva de mesa norteamericano
Aunque la temporada de la uva de mesa de California todavía se está desarrollando, los países de Sudamérica se están preparando para su temporada de exportación. "Tenemos un programa pequeño de uva de mesa de Brasil", indica Mark Greenberg, presidente de Capespan North America. Está previsto que los primeros frutos salgan de Brasil la segunda semana de septiembre y debería estar disponible para los clientes minoristas canadienses durante seis o siete semanas hasta que entren las uvas sin semillas peruanas en el mercado. "Cada año vemos menos uvas de mesa brasileñas. Con el aumento de superficie de variedades blancas tardías sin semillas en California, el interés del minorista estadounidense en las uvas blancas sin semillas brasileñas se ha reducido", apunta Greenberg.
El calendario peruano se adapta mejor
El calendario peruano funciona un poco mejor para Norteamérica. "Nuestra primera fruta peruana llegará a Canadá hacia mediados de noviembre, cuando esté finalizando la temporada de California, y después llegará la fruta estadounidense", dice Greenberg. Las uvas de mesa sin semillas de Perú suelen estar disponibles hasta finales de enero. La venta de disponibilidad para las Red Globe peruanas va de noviembre hacia mediados de marzo. De hecho, esta variedad de uva de mesa es la única cultivada en Perú, aunque las nuevas plantaciones se están centrando en las variedades sin semillas. "El país suministra de forma constante uvas de alta calidad que son ideales para las ventas minoristas de primer nivel".
Chile es el mayor proveedor de uvas de mesa
Las uvas sin semillas son las más abundantes del programa de importación de Capespan North America, lo que refleja la preferencia de los consumidores norteamericanos por este tipo de uva. "La mayoría de nuestras uvas de mesa de invierno proceden de Chile. Se prevé que lleguen volúmenes limitados a Estados Unidos y Canadá para mediados de diciembre, aumentarán conforme se acerque el Año Nuevo y continuarán hasta mayo". En los últimos años, los productores chilenos de uva de mesa han hecho frente a extraordinarios fenómenos meteorológicos. La región de cultivo más temprana del país es Atacama, que fue devastada por las inundaciones hace cinco meses. Las inundaciones dañaron los viñedos, destruyeron la infraestructura de riego y provocó la pérdida de vidas entre la población. "Se calcula que Copiapó ha perdido entre el 25 y el 30 por ciento de su volumen de uva de mesa", apunta Greenberg. La IV Región de Chile (Coquimbo) se ha visto gravemente afectada por una prolongada sequía que ha reducido los volúmenes de uva de mesa de la región en los últimos años. "Hace poco, la región recibió algunas precipitaciones invernales que han aportado el tan necesitado alivio a los productores de uva de mesa y que debería tener un efecto positivo en la calidad y el volumen de la uva de esta temporada".
"La uva de mesa es importante para el consumidor minorista de Norteamérica. Es un producto que todos los minoristas almacenan e intentan promocionar, pero sigue siendo difícil lograr el equilibrio adecuado para los minoristas y los productores", admite Greenberg. "Los minoristas necesitan un precio al consumidor atractivo y los productores requieren unos retornos que hagan que valga la pena el caro y arriesgado negocio de la producción de uva de mesa". La capacidad para acercar estas necesidades encontradas está recibiendo la ayuda este año del dólar estadounidense, que se ha revalorizado con respecto a otras divisas. Greenberg señala que el fuerte dólar estadounidense hará de Estados Unidos un mercado muy atractivo para las uvas de mesa de importación esta temporada. Sin embargo, añade: "Para lograr el beneficio total del mercado, el producto tendrá que cumplir los altos estándares minoristas estadounidenses de calidad y condiciones".