"El tiempo, no solo en Israel, sino en todo el mundo, ha sido desastroso, y eso ha provocado muchos cambios en el campo", asegura Omer Kamp, de Arava Export Growers. "En segundo lugar, la producción local en Europa se vio completamente mermada en septiembre. Se suponía que íbamos a tener suministro hasta octubre, pero ahora sufrimos una gran escasez". Además del problema del suministro, la escasez se ha pronunciado debido al aumento de la demanda. Puesto que Europa aún está notando los efectos de una recesión económica, los consumidores no han salido a comer fuera tan a menudo. Cuando se quedan en casa no usan hierbas aromáticas frescas para cocinar con tanta eficiencia como los restaurantes, por lo que el consumo ha estado en alza.
"La escasez ha sido buena para los productores y la industria porque se paga más por ellas y eso ha resuelto el problema de la divisa", señala Kamp. "Yo creo que esta escasez continuará en octubre porque me ha llamado gente que nunca me llama pidiendo hierbas aromáticas frescas". Sin embargo, en el largo plazo, Kamp reconoce que la competencia de los productores de África, en particular de Kenia, podría amenazar a los productores israelíes.
"Los últimos años han sido malos y algunos productores acaban de cerrar porque se han quedado sin dinero", lamenta Kamp. "Eso se nota en la superficie de cultivo. En las hierbas aromáticas frescas no tanto porque conocemos los precios y si tenemos un mal año cerramos en un día, por lo que somos más flexibles. Pero en el caso del pimiento, vendes un envío y te la juegas". Por ello, Kamp estima que la superficie de hierbas aromáticas frescas ha disminuido en torno a un 5 por ciento desde la temporada anterior, pero la superficie de todos los productos frescos se ha reducido en torno a un 15 por ciento.
"Puedes trabajar en cooperación con productores de África a corto plazo, y trabajamos con ellos, pero no es una solución a largo plazo", añade Kamp. "Todos se beneficiarán durante unos tres o cinco años de la cooperación, pero después de un tiempo, los productores de Kenia se darán cuenta de que pueden hacer su propia comercialización y prescindirán del intermediario". Por esa razón, Kamp opina que la forma de avanzar es que los productores israelíes se adapten e innoven para competir con la creciente competencia.
"En el caso del pimiento, por ejemplo, exportaremos más porque han cerrado más exportadores, pero Israel, en su conjunto, exportará menos", apunta Kamp. "Para el futuro, tendremos que ser innovadores y hacer cambios, o no tendremos futuro".