La variedad Beniaka se descubrió en 1898 en la aldea de Kizaki, que ahora forma parte de Saitama, por un agricultor que encontró una mutación con la piel de un bello color entre la variedad propia que cultivaba. La Beniaka se hizo popular por su sabor y su aspecto. En los años 30 y 40, se cultivó la Beniaka principalmente en la región de Kanto.
Durante la Segunda Guerra Mundial y después de ella, sin embargo, el número de plantaciones que cultivaban la Beniaka se redujo drásticamente. Se volvió difícil de encontrar en el mercado después de que la Beniazuma, una variedad que ofrece una enorme cosecha de forma estable, apareciera en 1984.
Entre las zonas principales de producción de boniatos, la prefectura de Kagoshima produce 330.000 toneladas al año, seguida de las prefecturas de Ibaraki y Chiba. La prefectura de Saitama produjo el año pasado solamente 5.500 toneladas de boniatos, pero los agricultores locales han iniciado un esfuerzo para preservar la poco común Beniaka.
Comparada con otros tipos, la Beniaka es vulnerable a los insectos y difícil de mantener con buena calidad durante un largo periodo después de cosecharla. El centro verde mantiene la Beniaka en un gran depósito para determinar la temperatura y la humedad idóneas para mantenerla durante mucho tiempo.
Se necesita un trabajo minucioso para cultivar la Beniaka, pero la variedad es sin duda deliciosa, con una textura similar a las castañas. Su dulzura elegante y suave, con un cierto sabor tradicional y sencillo, atrae a muchas personas, según afirma Asako.
Fuente: chicagotribune.com