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Juan José Bonny:

"La rentabilidad de la agricultura canaria está en riesgo"

De las, aproximadamente, 10.000 personas que trabajan en la agricultura en Gran Canaria, 2.200 son empleadas por Bonny durante el invierno. Se trata de la mayor compañía agrícola, que conserva su esencia de compañía familiar, solo superada en el sector del tomate por la cooperativa Coagrisan. FreshPlaza ha entrevistado in situ al actual presidente de la compañía, Juan José Bonny, quien lleva al timón más de 40 años.



Las islas Canarias celebran actualmente su 130º aniversario de exportación de tomates a los países europeos. El clima óptimo de que disfruta la isla, con una temperatura media de 25 ºC durante todo el año y que raramente baja de los 15 ºC (ni siquiera en las noches más frías), les permite cultivar de forma cien por cien natural, con el sol como única fuente de luz y calor. Sin duda, es algo que se percibe en el sabor único de sus tomates, que siguen sabiendo a tomate.



El sector ha cambiado de forma drástica en los últimos años y los retos a los que Juan José Bonny se enfrenta en estos momentos difieren mucho de aquellos que tuvo que superar su padre cuando fundó la compañía hace 80 años. El mayor problema actualmente es la reducción gradual y constante de las exportaciones, estimada en alrededor de un 5-10% anual. Juan José Bonny explica la causa principal:

“El Gobierno debía entregarnos el dinero del Plan Estratégico para el tomate, aprobado por Bruselas, que debía extenderse durante cinco años y garantizar un modo de cultivo más profesional, pero, tras dos años, ha dejado de pagar; la gente ha hecho sus inversiones y las ventas de tomate no han generado ingresos suficientes, así que muchos están sufriendo problemas económicos considerables”.



Otro factor clave es que “siempre le hemos pedido al Gobierno español compensaciones por el transporte. Se suponía que iba a pagarnos el 60% del coste del transporte hasta el puerto más cercano en Europa continental (Cádiz), pero en los dos últimos años solo nos ha pagado en torno al 24%. Por tanto, a diferencia de Francia, estamos en desventaja como región ultraperiférica de la Unión Europea”, afirma. “Solo pedimos ayuda para poder competir en igualdad de términos”.

Además de estos problemas en el ámbito nacional, asegura que el impacto del veto ruso ha sido terrible, no solo para ellos, sino para todos los agricultores, quienes han tenido que cambiar el destino de muchos de sus envíos a Europa central. Así mismo, añade: “Algunos de nuestros competidores, como Marruecos e Israel, no han incrementado de forma considerable sus envíos a Rusia debido a la debilidad del rublo”.



Para los productores de las islas Canarias, Marruecos sigue siendo, por tanto, el mayor competidor, a causa de la diferencia de costes, en especial de mano de obra, pero también Almería, por los grandes volúmenes que envía. En parte por estos motivos, “la superficie de cultivo en las islas Canarias se está reduciendo en torno a un 10% cada año y muchos están cambiando a los plátanos, las papayas y otras hortalizas para el mercado local y nacional, donde obtienen una mejor rentabilidad gracias a la alta demanda. En nuestro caso, el mercado local es nuestro segundo mayor cliente y estamos empezando a centrarnos más en él”, señala Juan José Bonny.

En estos momentos, los principales mercados de Bonny están en toda Europa. El 50% de su producto se envía a Reino Unido, donde cuenta con un programa concertado con supermercados, y el otro 50% se envía al continente, donde se acuerdan exportaciones con distribuidores semanalmente.



“Desde Rotterdam, nuestros productos se distribuyen a Suecia, Finlandia, Dinamarca y Alemania, y también vendemos en Países Bajos y el resto de Europa continental”, asegura.

Además de tomates, de los que Bonny es capaz de suministrar especialidades bajo demanda, como tomates cherry en rama, tomates pera mini o tomates en rama, la compañía cultiva pepinos y lechuga y pequeñas cantidades de otras hortalizas, como brócoli. “La mayoría de los productos se cultivan en tierra, pero también usamos lana de roca o fibra de coco para algunos, y yo creo que tenemos ventaja sobre los tomates holandeses en cuanto a sabor”.

Pese a ello, concluye que la industria agrícola de la isla podría correr el riesgo de desaparecer en diez años si el Gobierno no comienza a ofrecer más apoyos a los productores y reacciona a tiempo. Por parte de Juan José Bonny, la organización que dirige continuará poniendo todo su esfuerzo y conocimientos, así como la innovación y mejora de infraestructuras, para garantizar que los tomates de las islas Canarias continúen siendo una referencia de calidad, sabor y confianza en toda Europa.



Para más información:
Jota Cabrera Bonny
Gerente de exportación
SAT JULIANO BONNY GÓMEZ
T: (+34)928.303.209
M: (+34)629.309.420
jcabrera@bonny.es
www.bonny.es