Resultados sorprendentes
Solo el 6% de los compradores eligieron los colores del semáforo tradicionales (rojo, amarillo y verde). El 21% cambió el verde por naranja. No es algo sorprendente, ya que el sabor del naranja encaja mucho mejor con el del rojo y el del amarillo, que son dulces. El verde sabe más amargo. Destacan las combinaciones de tres rojos (22%) y tres naranjas (12%). La de tres verdes solamente llega al 5%.
Conclusiones
El estudio se ha llevado a cabo a pequeña escala y los resultados solamente pueden usarse como guía. La combinación de rojo, naranja y amarillo se adapta más a las necesidades de los consumidores. Lo sorprendente es que los consumidores nunca lo hayan indicado. Es lo que se llama un descontento oculto; algo que el consumidor da por sentado, pero que no es lo que más desea. Tres pimientos sueltos suelen resultar mucho más caros que un envase de semáforo. Los consumidores se llevan tres pimientos en vez de dos por apenas unos céntimos más. Con el pimiento naranja en el semáforo, el precio será ligeramente mayor, pero los consumidores tendrán lo que prefieren. Incluso mejor sería dejar que los propios consumidores eligieran, lo que ahorraría espacio en los lineales y se usaría menos material de envasado.