Roland Guéval está construyendo su tercer invernadero en Lambé (cerca de Brest), que cubrirá 18.000 m² (el primero de sus invernaderos ocupaba 10.000 m² y el segundo, 15.000 m²). El productor de hortalizas, especializado en tomates, espera poder crear oportunidades de empleo y aumentar su producción.
Guéval cultiva tomates para la cooperativa Savéol. "Actualmente, trabajo con 8 empleados a jornada completa, y contrato a hasta 25 personas durante el verano. Con el tercer invernadero, tendremos 14 empleados a jornada completa y hasta 40 personas en verano", explica. Su producción también aumentará. "Ha llegado a las 900 toneladas en 2015 y podría aumentar a 1.600 toneladas de tomates una vez el invernadero nuevo esté en funcionamiento".
Además de construir el invernadero, Guéval está instalando un sistema para almacenar el agua de lluvia y subraya la importancia de "producir de forma limpia". Ha desarrollado un sistema para reciclar agua: "El agua que no consuman las plantas se filtrará y se reutilizará el día siguiente". También está satisfecho de haber reducido el consumo de electricidad en sus invernaderos. "En 1998, consumían 550 kilovatios por m²; hoy no son más de 370 kW/m². Estas cosas me parecen importantes", afirma.
"Mis tomates crecen en fibra de coco, pero, para ser ecológicos, tienen que cultivarse en el suelo". Añade que eso no le preocupa: "Mi objetivo es no tratar mis tomates. Estoy orgulloso de poder hacerlo". Para evitar tratar los tomates, introduce en el invernadero insectos que atacan a los depredadores de los tomates. "Así, son ellos los que se ocupan del invernadero".