"Las exportaciones globales de cebollas van cada vez más hacia las cadenas permanentes"

En 1995, Piet y Jacco van Liere decidieron ampliar su explotación agrícola con una cámara frigorífica, una cámara de almacenamiento, una planta de clasificado y una planta de envasado de cebollas. "Al principio, la idea solamente era añadir valor a nuestras cebollas propias, pero funcionó bien de inmediato y, antes de que nos diéramos cuenta, estábamos comprando más cámaras. En 2002, nos trasladamos a nuestras instalaciones actuales en el polígono industrial y, en 2004, con la absorción del conocimiento y experiencia de Flevotrade Dronten, también comenzamos a encargarnos de nuestras propias exportaciones", explica Piet van Liere, quien es responsable personal de las ventas, mientras que su hermano Jacco está a cargo de la explotación agrícola. Hoy en día, Flevotrade Dronten exporta unas 100.000 cebollas al año.

Las cebollas constituyen alrededor de un 80% del volumen total de Flevotrade. Además, la compañía cultiva y comercia patatas y zanahorias, complementadas con artículos de servicio como las coles, las coliflores, los apionabos y las chirivías. El equipo de ventas de Flevotrade consta de cinco miembros y sus productos se exportan a todo el mundo. "No abastecemos a los supermercados. Tenemos algunos clientes en la industria del procesado, pero hacemos énfasis en la exportación", afirma Van Liere. No se arrepiente de haber pasado a encargarse de sus propias exportaciones. "También veo esta tendencia en otras compañías. Es una ventaja conocer el historial del producto que se está vendiendo. Ahora elegimos, especialmente para los mercados de calidad, determinadas secciones para destinatarios concretos".

La pérdida del mercado ruso también se ha percibido en las exportaciones de cebollas. "No solo es que Rusia haya dejado de importar de Países Bajos, sino que ahora otros países de Europa del Este se están centrando más en su propio país y en los destinos europeos. En retrospectiva, estos países enviaban más cebollas a Rusia de las que pensábamos", continúa Van Liere. "Antes veíamos que era difícil exportar durante la primera mitad de la temporada, pero que se procedía sin complicaciones durante la segunda mitad. Hoy en día, en parte como resultado del veto ruso, es justo al revés. Por otra parte, el veto ha ampliado nuestros horizontes y empieza a haber nuevos mercados a la vista".

El año pasado, por ejemplo, Brasil salvó la temporada holandesa de cebollas. "El país siempre había estado presente, pero con volúmenes relativamente pequeños. El año pasado, se destinaron a Brasil volúmenes enormes, y este año también vamos camino de exportar más de 100.000 toneladas. Preveo que Brasil se convertirá en un mercado estructural, pero solo podemos exportar cebollas de calidad pura. Una condición es que el sector, desde el cultivo hasta la exportación, continúe trabajando mucho en la calidad. La cuestión es que la calidad de las cebollas holandesas varía considerablemente cada año y hay muchos países esperando para absorber parte de nuestras exportaciones. Tendremos que comenzar a cultivar con un objetivo más claro. Un país vecino como Reino Unido, donde la mayor parte del cultivo está destinado a los supermercados, ya muestra disposición para, por ejemplo, cosechar en épocas diferentes con el fin de cumplir los requisitos de los compradores".

"Estos esfuerzos de cara a la calidad son más que rentables económicamente; esta temporada también hemos observado que las cebollas de calidad para Brasil se venden a precios más altos. Entonces, dichos esfuerzos se ven claramente recompensados. También lo observamos en las patatas. Para exportar, suelen venderse o bien rojas peladas o bien blancas peladas, pero preveo que abasteceremos cada vez más a menudo según variedad o solicitud", explica Van Liere. La tecnología de clasificado óptico para las patatas se presentó hace años. "Sin embargo, con las patatas, la diferencia está mucho más definida, mientras que, con las cebollas, con sus muchas pieles y capas, resulta mucho más difícil. Seguimos muy de cerca los avances, pero actualmente la tecnología no es lo bastante avanzada para leer y clasificar las cebollas mecánicamente. Sin embargo, no cabe duda de que esa tecnología llegará y nos colocará inmediatamente en una economía de disponibilidad las 24 horas".

Piet van Liere se siente optimista sobre el futuro de las exportaciones de cebollas holandesas. "Tenemos el menor precio de coste posible a nivel global, somos muy fuertes en ese sentido. Con dos puertos internacionales cercanos, podemos abastecer cebollas a todo el mundo en un periodo de tiempo corto. Sin embargo, una condición es que aumentemos la calidad a un nivel más alto. Yo espero que cambien muchas cosas en las exportaciones de cebollas a nivel global. En el pasado, había muchos clientes ad hoc, pero creo que iremos hacia cooperaciones más permanentes y que el trabajo sin coordinación desaparecerá".