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Tomra aspira a reducir el desperdicio de alimentos

TOMRA Sorting Food, fabricante de sistemas de clasificado de alimentos basados en sensores, es plenamente consciente del problema del desperdicio alimentario y trabaja estrechamente con agricultores, procesadores y minoristas para alcanzar su objetivo de reducir el desperdicio de alimentos.

Las cifras son impactantes: casi un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo no llega a consumirse, y se generan 1.300 millones de toneladas de alimentos desperdiciados cada año, lo que incluye un 45% de todas las frutas y hortalizas. Solamente una cuarta parte de estos alimentos desperdiciados podría alimentar a los 795 millones de personas que sufren hambre en el mundo. 

De estos desperdicios, más de la mitad (el 54%) se pierde en procesos previos, como la producción agrícola y la manipulación poscosecha. El 46% restante se desperdicia durante el procesado, la distribución y el consumo. Con un coste total de 750.000 millones de dólares anuales para la economía global, abordar el desperdicio de alimentos ofrece un gran potencial para reducir la presión sobre los recursos naturales y afinar el equilibrio entre la oferta y la demanda.

En septiembre de 2015, la Organización de las Naciones Unidas se reunió para acordar una reducción del desperdicio de alimentos per cápita a la mitad antes de 2030, lo que ha sentado un nuevo precedente al incluir la reducción del desperdicio y la pérdida de alimentos dentro de los objetivos de desarrollo global de la ONU.



Steve Raskin, de TOMRA Sorting Food, señala:

"La cantidad de alimentos que se pierde en la línea de producción puede contribuir mucho, ya que se ve como un desperdicio y no como algo que se pueda reutilizar. Por tanto, existe una motivación mayor por parte de los procesadores para reducir el desperdicio y, así, reducir la ineficiencia y los gastos generales, y aumentar los beneficios".

"Hay varios factores que pueden contribuir al desperdicio de alimentos, no es algo que comience con el procesador. Si comenzamos por fijarnos en el agricultor que planta la semilla y examinamos cada etapa del proceso de producción de alimentos, se puede intentar acabar con el desperdicio de alimentos".

"Otras maneras de reducir los niveles de desperdicios tienen que ver con las máquinas de clasificado en sí. Hoy en día, el auténtico énfasis debería estar en cuántos productos 'válidos' se eliminan innecesariamente de la línea de procesado y en cómo optimizar la clasificación de alimentos. Cuando más se avanza en la línea de producción, mayor es el valor del producto al llegar a las etapas de escaldado, congelado y almacenado".

"Las máquinas de clasificado basadas en sensores pueden determinar si un producto tiene un 70% de buena calidad, en lugar de desecharlo. Entonces, la mayor parte del producto se puede reelaborar hasta que está listo para usarse. Por ejemplo, al almacenar patatas o arándanos, hay que garantizar que los productos sanos no sufran mohos o podredumbre para ayudar a alargar la vida útil del producto".

"Los sistemas también tienen que seguir evolucionando para mejorar el rendimiento. Por ejemplo, los extractores de las máquinas de clasificado se están volviendo progresivamente más pequeños y precisos, lo que significa que, cuando se elimina un defecto de un producto, solo se pierden 5 mm de producto bueno, en lugar de 10 mm".

"Esta evolución se produce a un ritmo muy rápido. Hace solo 15 años, el 90% de todo el clasificado de alimentos se hacía a mano y, ahora, en Europa Occidental, las máquinas se mejoran cada año para garantizar una mayor seguridad alimentaria y menos desperdicio de alimentos. Además, al proporcionar a los operadores un mayor control sobre el clasificado que pueden llevar a cabo, la inteligencia humana se integra en una máquina".

"Además, los productores y procesadores de alimentos también están buscando aumentar sus planes de sostenibilidad, ya que, pronto, reducir el desperdicio de alimentos será crucial para mantener la sostenibilidad corporativa. Hoy en día, todo el sector del procesado de alimentos se está volviendo mucho más eficiente en términos de energía y desperdicios, y hay disponibles muchos más tipos de herramientas de procesado para la línea de producción para aprovechar mejor los productos agrícolas". Más concretamente, el pelado por vapor es un proceso que puede ayudar a atajar el desperdicio de alimentos en la industria de la patata, ya que tiene la capacidad de pelar 1.000 patatas en 4 o 5 segundos. La velocidad del pelado de patatas por vapor garantiza que se pierda una cantidad de pulpa mínima, y al mismo tiempo se ahorra muchísimo en el uso de vapor.



Raskin explica:

"El pelado por vapor se consigue al calentar la humedad que hay bajo la piel de las patatas mediante vapor a alta presión. Cuando se descarga el vapor, la humedad se expande rápidamente —en menos de un segundo— y separa la piel de la pulpa, lo que da como resultado que la patata mantenga su forma y se consiga la menor cantidad de desperdicio posible".

"Por ejemplo, desde la introducción del pelador por vapor en su proceso de pelado de patatas, un gran productor de la industria de las patatas fritas ya está consiguiendo ahorros enormes no solamente por la reducción del desperdicio de alimentos, sino también por la reducción de la cantidad de vapor que usa".

"En su último informe de sostenibilidad, esta compañía ha anunciado recientemente que, actualmente, se requiere un 20% menos de vapor por tonelada de patatas y que la máquina es mucho más rápida que antes de la instalación, lo que demuestra que el pelado por vapor puede ahorrar tiempo y dinero". Hoy en día, en todo el mundo, las máquinas de pelado por vapor de TOMRA procesan unos 20 millones de patatas al año. Con una mejora del rendimiento posible de hasta un 1% y con un consumo medio de 25 kg de patatas por persona al año, ese ahorro del 1% puede proporcionar patatas a más de 8 millones de personas sin necesidad de gastar recursos adicionales ni labrar más terreno.

Las frutas y verduras deformes se desechan. TOMRA Sorting Food puede ayudar a los procesadores a clasificar esos productos para otros fines.

En conclusión, Raskin explica que TOMRA Sorting Food continúa desarrollando soluciones sostenibles con sus clientes y muchas otras compañías:

"Las causas de la discrepancia entre la oferta y la demanda —una de las mayores causas del desperdicio de productos— varían de los productores que no encuentran mercado para sus productos y los dejan pudrirse en los campos a los supermercados que reducen sus pedidos de productos en el último momento y dejan a los productores con productos que no pueden vender".

"Siempre habrá ámbitos en los que mejorar. Identificando dónde se produce el desperdicio de alimentos y tratándolo correctamente, debemos reducir la presión sobre los recursos naturales y la cantidad de alimentos producidos en todo el mundo que nunca llegan a consumirse".

Para más información, visite www.tomra.com.
Fecha de publicación: