No ha habido mucho movimiento últimamente en el ámbito de la tecnología de clasificado óptico en Países Bajos para el público general, hasta la semana pasada. El obtentor de cebollas Hoza, de Oudenhoorn, ha confirmado su inversión en una máquina de clasificado de cebollas de ERC/OTA por contrato. Se trata de una decisión muy ponderada por parte de Jim Hoogzand: "Intentamos mantener todo el proceso en nuestras manos, en nuestra compañía. Llevo las cebollas en la sangre. Mi padre, Kees, se está haciendo mayor y espero ahorrar algo de tiempo y espacio con esta inversión. Con una máquina de clasificado óptico, mejoramos la calidad, además de reducir personal, con lo que queremos elevar a nuestra compañía y al sector a otro nivel".
Hoza usará la máquina de clasificado óptico para la selección del material de plantación. Como la máquina —de dos líneas con seis salidas a los rellenadores de cajas— se usa solo unos meses al año, ERC y OTA tienen mucho tiempo para seguir desarrollando la nueva tecnología de clasificado. "Se ha acordado compartir el 100% del conocimiento obtenido con las compañías de clasificado de cebollas comprometidas con la inversión de nuestra tecnología de clasificado óptico. Hoza es un centro de pruebas para hacer despegar la tecnología de clasificado óptico. Lo mejor de Hoza es que, al ser una compañía de obtención de semillas, no es un competidor para los procesadores holandeses de cebollas", explica el director Gerard van der Knijff, de ERC.
Gerard van der Knijff, Rutger Keurhorst, Jim Hoogzand y Diederick Kloppenburg.
Rutger Keurhorst defiende una historia realista. "A lo largo de los años, hemos adquirido la experiencia necesaria, así que no comenzamos de cero, sino que combinamos las técnicas actuales con el apoyo de los proveedores de cámaras, por ejemplo. Sin embargo, no hacemos promesas vanas. Todos los desarrollos de la máquina de clasificado óptico de cebollas se aplicarán a esta máquina durante los próximos siete años. Hay tres aspectos muy importantes en su desarrollo: una mecanización robusta, la tecnología de cámaras y el procesamiento de los datos. Modesta se encarga de la extracción de polvo y del procesado del polvo residual. Al aplicar buenas soluciones para las líneas de procesado, se reduce la contaminación en la línea y se mejoran las condiciones de trabajo. Nuestro desafío es integrar los componentes sueltos que hay actualmente en un solo sistema".
"En las últimas semanas, hemos contactado con todas las plantas de envasado de cebollas de Holanda para que participen en esta inversión. Varias ya han indicado que se unirán; no todas, pero predominan las respuestas positivas. Se dan cuenta de que nos necesitamos unos a otros", afirma Van der Knijff. No le sorprende que una compañía relativamente pequeña invierta en una máquina de clasificado óptico. "Las compañías grandes suelen pensar dentro de unos límites establecidos, y vemos que la capa inferior está lista para esta inversión".
Hoogzand tiene mucha fe en esta tecnología. "Podría parecer que nunca damos nada a nadie en el mundo de las cebollas, pero, al final, queremos continuar juntos. Tratamos de mejorar nuestro proceso todos los años y, ahora, este proceso es la tecnología de clasificado óptico. Prefiero invertir en una máquina para el futuro antes que en personas a las que hay que formar durante años y que, al final, podrían no seguir trabajando conmigo. Sé que estoy invirtiendo en un desarrollo, pero espero poder 'mejorar' más esta máquina con esta inversión".