Las bananas, los mangos y las papayas son frutas tropicales tiernas que tienen mucha de manda en los mercados de exportación y son una importante fuente de ingresos para los productores. Pero la frescura es clave, porque estas frutas se deterioran deprisa y se dañan fácilmente. El desafío es especialmente abrumador cuando se carece de refrigeración. Las estimaciones sugieren que hasta el 40% de las frutas y hortalizas de los países tropicales se pierden en la manipulación poscosecha.
Una investigación pionera levada a cabo por socios de Canadá, India y Sri Lanka apunta a una innovación prometedora: la aplicación, mediante la nanotecnología, de un extracto vegetal llamado hexanal que se puede usar para retrasar la maduración de la fruta. El hexanal inhibe una enzima vegetal responsable de romper las membranas celulares durante el proceso de maduración de la fruta. En las investigaciones iniciales en India y Sri Lanka, los científicos emplearon una fórmula impregnada de hexanal para probar el producto en los mangos. Mediante la fumigación de los campos con una concentración baja de este compuesto se logró frenar la maduración de la fruta tres semanas. El equipo también está desarrollando sistemas de "envases inteligentes" fabricados con materiales como fibras de banana, que liberan lentamente hexanal para prolongar la vida útil de la fruta tras su cosecha.
Fuente: www.sciencedaily.com