Los productores afirman que su cosecha se ha visto muy reducida –uno de Tarn y Garona declara a La Depeche que ha bajado de las 40 toneladas de la temporada anterior a solo 15–, pero la demanda de los compradores ha seguido alta y los precios han sido fuertes, lo que significa que los precios de venta al público también deben aumentar.
Sin embargo, el aumento de los precios implica que algunos compradores se han negado a pagarlos y algunos supermercados ni siquiera están ofreciendo cerezas, ya que temen que se quedarán con toneladas de frutas sin vender.
La agencia nacional de agricultura FranceAgriMer afirma que los precios de las cerezas han aumentado un 43% en dos años. Están a 8,80 €/kg o más en muchos mercados callejeros, pero se venden a una media de 8,71 €/kg en los supermercados este año, frente a los 7,15 €/kg del año pasado y los 6,10 €/kg en 2014.
Fuente: languedocliving.com