Austria presenta la cosecha de ajos de 2016

Hay ajos en todas las cocinas: su sabor combina con casi todo, desde sopas hasta pastas, y se les atribuyen propiedades curativas desde la Edad Media. La razón por la que esta planta milagrosa solo se haya cultivado a gran escala en Tirol desde hace cuatro años se debe a que el ajo no es nativo de esta región alpina. "Estas plantas prefieren los entornos secos y son muy sensibles a la lluvia", explica Georg Pfurtscheller. "Aun así, las cultivamos en campo abierto y nos arriesgamos a que llueva. Lo único que puede pasar es que la piel del ajo pierda su color blanco brillante y se vuelva ligeramente marrón, pero eso no influye en el sabor".

Todos los que lo han probado están entusiasmados con el sabor del ajo de Tirol. Maria Pfurtscheller sugiere no pelar el ajo fresco, sino consumirlo entero. "Se puede cortar fácilmente y tiene un sabor excelente con pan o en las ensaladas. El ajo fresco tiene un sabor suave y es muy jugoso". Además, los ajos austríacos tienen una huella de carbono menor que la de los ajos importados de China o Argentina. Es más, al no tener que recorrer distancias largas, son más frescos.

Para el doctor Christof Rissbacher, director ejecutivo de SPAR Tirol y Salzburgo, el cultivo del ajo es todo un proyecto estrella: "Nos enorgullece ofrecer a nuestros consumidores ajos cultivados en Terfens. El éxito de Georg Pfurtscheller demuestra que innovar compensa; cultiva ajos en aproximadamente 10.000 metros cuadrados e incluso ha desarrollado su propia instalación de secado. La cooperación entre el agricultor y SPAR no es nueva. Durante muchos años, Georg Pfurtscheller nos ha abastecido de fresas y calabazas ecológicas. Como pueden ver, nuestra cooperación es muy provechosa".

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