A unos meses de comenzada la campaña de cítricos en Uruguay, se comienzan a manifestar las relevantes consecuencias que el fenómeno de El Niño ha tenido sobre la producción. Un retraso significativo en el inicio de las diferentes cosechas ha sido el principal efecto de estos cambios climáticos. “Las abundantes lluvias han aplazado nuestras cosechas de cítricos en más de dos semanas. Si bien los volúmenes no se están viendo afectados, la calidad de la fruta se ha visto disminuida, por lo que afrontamos una temporada complicada”, afirma Mónica Coito, de Naranjales Guarino.
En consecuencia, mucha fruta que normalmente sería de calidad de exportación para Europa, ahora está fuera de este mercado por cuestiones estéticas. Si bien en la mayoría de las variedades se han mantenido volúmenes parecidos al año pasado, la cantidad de fruta con calidad exportable es menor. “Los cálculos que hemos hecho son que al menos un 50% menos de cítricos uruguayos serán enviados a Europa. La demanda de cítricos es permanente, y ante la baja oferta el precio se mantiene en buenos niveles. Tenemos un promedio del 20% más de retorno, tanto en el caso de los limones como en el de las mandarinas y naranjas”, asevera la representante.
“Ante esta situación, ahora nos vemos enfrentados con una competencia más directa con Perú. Ellos están creciendo mucho en términos de volumen y van ganando cuota de mercado que antes era nuestra. Una de las principales ventajas es que tienen costos de producción más bajos, lo que les permite llegar con precios más competitivos. Eso coloca a Uruguay en clara desventaja. La apertura y ampliación de mercados ha sido la opción más segura para muchos productores, buscando colocar mayores volúmenes en mercados como Rusia, Canadá y Arabia Saudita”, finaliza la vocera.
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Mónica Coito
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