Un nuevo envase prolonga la vida útil del kaki
Para ello, tras someterse al proceso de eliminación de la astringencia para que sean más agradables al consumo, los kakis son tratados en un entorno de atmósfera modificada con una concentración baja en oxígeno y alta en dióxido de carbono para poder almacenarlos hasta durante tres o cuatro meses. Cuando llega el momento de la venta, la fruta se retira de los contenedores de plástico y se coloca en su nuevo envase, diseñado para prolongar los efectos del entorno de atmósfera modificada.
El nuevo envase y el nuevo tratamiento también garantizan una fruta más firme y evitan la enfermedad de la mancha negra del kaki, una afección fúngica que afecta hasta al 50% de la producción de esta fruta. Se suele desarrollar en la refrigeración durante largos periodos de tiempo. Sin embargo, con el nuevo periodo ampliado de conservación, la fruta se puede almacenar hasta cinco meses con muy pocas pérdidas.
Fuente: israelagri.com