En una sala de ambiente húmedo en la sitiada ciudad siria de Douma, Abu Nabil examina las setas blancas brotando de sacos colgados del techo. Las setas de ostra saliendo de los agujeros de las bolsas, son un sustituto de la carne en la fortaleza rebelde, donde un bloqueo del gobierno ha creado escasez de alimentos.
Abu Nabil camina entre los sacos inspeccionando los racimos de hongos emergentes del plástico, y comprobando la temperatura interna para asegurar que las condiciones son óptimas para el inusual cultivo.
Las setas no son un cultivo común en Siria, y rara vez se presentan en la cocina local. Pero en la región oriental de Guta, donde reside un bastión rebelde fuera de Damasco, los años de asedio del gobierno han provocado que los alimentos básicos tradicionales, como la carne, estén fuera del alcance de la gente. La Fundación Adala, una ONG local, comenzó a pensar en alternativas nutritivas para ayudar a los residentes necesitados.
"Volvimos a cultivar setas porque son un alimento que tiene un alto valor nutricional, similar a la carne, y se puede cultivar dentro de casas y sótanos", dijo Abu Nabil, ingeniero, uno de los directores del proyecto.
Según cuenta el director de Adala, Muayad Mohieddin, estaban buscando una buena fuente de proteínas y sales minerales como alternativa a la carne, que es muy cara, y descubrieron que las setas eran una solución.
Guta Oriental ha estado bajo asedio desde 2013, obligando a los habitantes locales a confiar en alimentos producidos localmente o introducidos, de contrabando a través de túneles o a través de puestos de control.
La zona fue una región agrícola importante para Siria, pero las setas no eran un cultivo local. La ONG descubrió que la producción de setas no requería grandes cantidades de espacio, ni grandes inversiones financieras, lo que la convertía en una buena solución a sus necesidades.
El proyecto depende de los generadores para mantener las condiciones, temperatura de 25 grados y un 80 % de humedad. Como el combustible es también escaso y caro, los generadores se alimentan con un combustible producido localmente que se extrae del plástico.
En los tres meses transcurridos desde el inicio del proyecto, la ONG ha distribuido gratuitamente setas por toda Douma y otras partes de Guta Oriental.
Abu Nabil dijo que se distribuyen cerca de 1.300 kilogramos de setas a la semana, a 600 personas. La distribución es gratuita para las familias más pobres y para aquellos que sufren desnutrición o lesiones de la médula espinal que necesitan muchos nutrientes.
Source: sg.news.yahoo.com