"Es imposible continuar así, sobre todo cuando los volúmenes son un 30% inferiores a la media y de excelente calidad. Estas políticas de la gran distribución nos dejan de rodillas y ayudan a los delincuentes y al 'caporalato'. Necesitamos normas, el ministro Martina debe hacer algo".
"Supone también una falta de respeto a quienes trabajan la tierra, al valor real de un producto. No es ético".
"Necesitamos un cambio radical. De lo contrario, una diferencia de tan solo unos céntimos perjudicará a la agricultura del sur de Italia y de Calabria en particular de forma irreparable".