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La fruta española en los colegios italianos levanta ampollas

En los últimos días, el tema de la distribución de fruta española en los colegios italianos como parte del proyecto "Frutta nelle scuole" ha vuelto a ser el centro de atención. Sin embargo, pese a que pueda parecer una anomalía, todo forma parte de un proyecto conjunto.



Parece que Europa solo resulta útil cuando envía las subvenciones de la OCM, pero molesta cuando la fruta empieza a circular a nivel comunitario. Sin mencionar que, según la Regulación, la fruta podría llegar de todo el mundo.

De hecho, todo el proyecto hace aguas, porque las quejas sobre la calidad han afectado también a la fruta italiana. No resulta sencillo organizar millones de tarrinas y proveedores que puedan producir las grandes cantidades que se necesitan. En el caso de los albaricoques, por ejemplo, la producción italiana está demasiado fragmentada para garantizar la oferta.

Sin embargo, esto no significa que sea normal que haya fruta española en los colegios italianos. El primer aspecto negativo es que la calidad no es buena, pues los tiempos logísticos demandan que la fruta se coseche cuando todavía no ha madurado por completo. Es la misma historia de siempre, y la que está detrás de la caída del consumo.

Solo hay una solución si queremos enseñar a los niños a comer fruta. El proyecto debe ser local y asignado a mercados, cooperativas y OP. De esta manera, el producto se puede cosechar el día antes y entregarse maduro. Al menos en lo que se refiere a fresas, albaricoques y cerezas, y melocotones y nectarinas en el sur de Italia.

No es imposible, solo se necesita sentido común. Cuando se trata de la educación de los niños, lo importante no es jactarse de llegar a millones de alumnos. De hecho, es mejor educar a uno solo de manera adecuada.

El sector cree por tanto que el producto español no debería estar en los colegios italianos, sino que sería mejor llevar a los alumnos a un negocio local para que prueben la fruta fresca. "Eso es lo que significa educar".



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