España: La crisis desborda la capacidad del Banco de Alimentos
Donde sí continúan con la actividad habitual es en la nave que le cedió hace unos meses Mercasturias. Todos los lunes, miércoles y viernes reparten frutas y hortalizas entre una treintena de entidades con las que colaboran. Ayer fue un buen día. Era viernes, y muchas empresas no pueden quedarse con productos perecederos el fin de semana. Pese a ello, la crisis se nota y las donaciones han descendido.
Nada más llegar a la nave, un equipo de cuatro personas --todos voluntarios-- recorren los locales para saber, en función de la donación, cuántos kilos tienen para repartir y a cuántas empresas pueden llamar. La nave funciona desde febrero y, desde entonces, han dado salida a más de 125.000 kilos de fruta y verduras que, hasta ahora, se perdían. Iban directamente a la planta de Cogersa, al vertedero.
Joaquín Martín lleva ocho años como voluntario. Desde que está jubilado. Al principio le daba reparo pedir. Hacerlo para otros se lo hacía un poco más llevadero. Hoy ya le conocen en Mercasturias y ya no tiene que preguntar “si tienen algo”. Saben quienes son, y para quien lo quieren. Ayer, como cada semana, hizo la ronda junto a sus compañeros, a las nueve de la mañana. En función de lo que recauden calculan a cuántas empresas pueden llamar para que acudan a la nave a recoger la fruta y la verdura. Ayer pensaban avisar a tres, pero hubo sorpresa, buena, y había suficiente para repartir entre cuatro.
El Banco de Alimentos colabora con 130 empresas y 30 están en su lista para Mercasturias. El Albergue Cano Mata es una de ellas. Antonio Álvarez, voluntario que colabora con la entidad desde hace seis meses, y Tomás, (que prefiere no dar su apellido), fueron los encargados de recoger el alimento para sus 40 compañeros. Llevaron puerros, pimientos, cebollas, berenjenas, limones, kiwis... Aprovecharon el viaje. Cuando acabaron tenían más productos en la sede de Lugones (leche y yogures).
“Los alimentos están en perfecto estado. La única diferencia es que no tienen la misma presencia, pero nada más. La mejor época es verano, porque los productos perecen antes y las empresas no quieren excedentes”, explican.
Fuente: Lavozdeasturias