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Ecuador: Bananeras afectadas por caida del muro Bulu Bulu

El río rompió 70 metros de muro y anegó bananeras y sectores poblados. El recinto San Francisco es de los más afectados

Una centena de personas que habitan en el recinto San Francisco, un poblado de agricultores al que se accede por una camino empedrado que rodea el río Bulu Bulu, a unos 10 kilómetros de la parroquia Taura, cantón Naranjal (Guayas), tuvieron que dormir a la intemperie luego de que el río inundara por completo sus viviendas.

"No hubo oportunidad de nada, las cosas se fueron, se hundió todo y yo lo que hice fue salvar la vida de mi mujer y mis hijos", lamentó Freddy Carvache, de 35 años, quien vive en el sector. 

Según Carvache, la tarde del martes pasado, él y un grupo de vecinos intentaban reforzar con sacos de arena el muro ubicado frente a su recinto, que los separa del río Bulu Bulu y a la vez sirve de carretero. En eso, una correntada empezó a ingresar a sus viviendas y arrasar con sus animales y cultivos de ciclo corto. Un kilómetro más adelante, el caudal del Bulu Bulu rompió 40 metros del muro e ingresó a las bananeras y sectores aledaños, anegándolos por completo. 

"Yo me quedé con lo que llevó encima, y de otros lados han traído a regalar ropita para mis hijos. Necesitamos que nos ayuden con cualquier cosita", agregó Carvache mientras ingresaba, con el agua en la cintura, a su vivienda para mostrar cómo quedaron sus pertenencias.

"Necesitamos una brigada médica para los niños", pidió Johana Vares, también moradora de la zona. "Solamente llegaron los de Gestión de Riesgos (la tarde del martes) pero ya se fueron", dijo Vares y agregó que les ofrecieron regresar con ayuda pero no cumplieron. "Dicen que vuelven, vuelven pero nada", añadió su vecino Rubén, de 45 años.

Hasta el mediodía de ayer, el río Bulu Bulu había barrido con 70 metros de muro. Al lugar, llegó un equipo de Senagua para evaluar el daño. "Se necesitan unos 700 m³ de material para rellenar", calculó un técnico y agregó que los trabajos empezarían hoy.

Pero los moradores de San Francisco no fueron los únicos perjudicados por el desbordamiento del río Bulu Bulu. Decenas de familias que habitan a los lados de la carretera que conduce a Taura sacaron sus pertenencias al pie de la vía para evitar que el agua, que ingresaba a sus viviendas, las dañe.

Hubo algunos como Yoconda Loy, que junto a su familia, armó con plásticos, cañas y piedras un refugio para proteger sus electrodomésticos y muebles del incandescente sol.

Un equipo del Cuerpo de Bomberos de Taura, dirigido por el comandante Álex Valladares, intentó ayudar a las familias más afectadas como la de Yoconda Loy, pero encontraron resistencia. "Estamos que los queremos sacar porque esto ya está peligroso y puede colapsar porque el agua sigue subiendo, pero las familias no quieren salir", dijo Valladares.

En sectores como la zona La Hormiga, también ubicada a un extremo de la carretera a Taura, moradores colocaron sogas para sortear la correntada que se formó entre el sitio y la vía.

Los jornaleros y trabajadores de haciendas bananeras no pudieron laborar. Por ejemplo, personal de la hacienda San Humberto ingresó en canoas a sacar a sus compañeros que durmieron en el sitio. Según Néicer Valencia, de la Administración, se inundó un 80% de las 188 hectáreas de plantaciones.

Según el último registro del Instituto Nacional de Meteorología (Inahi), Zapotal y La Maná, con 68 mm, fueron los lugares que mayor cantidad recibieron producto de las lluvias. Le siguió la parroquia manabita de Campozano, con 46,7 mm. (DAD)

Derrumbes paralizan el tráfico

La vía Aloag-Santo Domingo Tsachilas permanece inhabilitada alrededor de 24 horas, a causa de unos 10 derrumbes.

Según la Policía Nacional del cantón Mejía se esperaba rehabilitar el transito vehicular en la noche de ayer.

El ingeniero Fabián Uzcátegui, Secretario de Infraestructura Vial del Gobierno de Pichincha, informó que el objetivo es limpiar urgente la carretera, para eso se trabaja con cinco maquinarias pesadas.

"Los derrumbes persisten sobre todo en el kilómetro 65, lugar donde continúa bajando material y ocasionó que varias piedras se cayeran sobré la carretera", manifestó.

Luis Ezquivel, conductor de la cooperativa de buses Andalucia, permanece desde la noche del martes atrapado en el kilómetro 60 de la vía. "Mi preocupación pasa por conocer el real estado de la carretera. Estamos atrapados buses, camiones y automóviles sin saber cuando vamos a salir de aquí".

Desde las 06:00 de ayer, maquinaria de la empresa Hidalgo & Hidalgo trabaja para limpiar los escombros de la vía.

Pedro Campora, obrero de la constructora, asintió que se necesita más gente para habilitar los tramos afectados. "Contamos con máquinas pesadas para trabajar desde el kilómetro 61 hasta el 70, estamos laborando bajo presión por cuestiones climáticas", acotó.

En este sentido, Carlos Pozo, comandante de la Policía del cantón Mejía, aseguró que la Policía Nacional y la Secretaria Nacional de Riesgos han trabajado para resguardar la seguridad de los afectados por los derrumbes. 

"Primero trabajamos en los derrumbes pequeños, después trabajaremos con los tres grandes ocasionados sobre el kilómetro 65. Ahí el cabezal de un camión se vio afectado por los deslaves. Espero que el clima ayude para continuar con la recuperación de la carretera y habilitar los tramos afectados desde la noche del martes", finalizó. (DAA) 

Fuente: Hoy.com.ec
Fecha de publicación: