Ecuador: ¿Culpar a los exportadores?
La queja a mi juicio estaba mal dirigida, pues el desarrollo de variedades no es un problema de los productores, es fundamentalmente una responsabilidad de los centros de investigación, como demuestra el caso del cacao. El país ha aprovechado las divisas generadas por las exportaciones agrícolas, pero poco hemos invertido en ellas como sociedad. Es increíble que el país no cuente con centros de investigación de excelencia en productos como banano o flores. Hoy la investigación en esos productos se hace en Holanda o Bélgica y en el caso del banano hay una verdadera carrera por desarrollar una variedad que reemplace al Cavendish, cuya vida útil parece estar terminando. En flores, los obtentores son fundamentalmente europeos pero hay otras experiencias. La más conocida es la de orquídeas en China-Taiwán, impulsadas por el gobierno de ese país cuando decidió buscar alternativas más rentables a la producción de caña de azúcar. El gobierno invirtió para ello 65 millones de dólares, que incluía un laboratorio de genética, un centro de cuarentena, sistema de frío, salas de exposición y otras más, incluyendo créditos subsidiados a los productores, para que construyan invernaderos.
El desarrollo de variedades no es solo un tema agronómico, es también de mercados, pues deben obtenerlas en tal forma que satisfaga a los consumidores, sean estos nacionales e internacionales. Esto implica que deben obtenerse considerando esos gustos y, adicionalmente, destinar recursos importantes para su promoción en salas de exhibición y mercadeo inicial. Finalmente, se necesita que las variedades estén protegidas por un sistema efectivo de derechos de propiedad intelectual, pues caso contrario otros productores de otros países se apropiarán del esfuerzo nacional, sin pagar por ello. El problema a mi juicio no es pagar royalties, sino no recibirlas.
Así que, el presidente Correa debería pedir disculpas a nombre del país a los productores agrícolas, incluyendo los de exportación, por décadas de descuido y reducido apoyo y revertir aquello, con políticas sectoriales activas e inversión en I+D, en un esfuerzo público-privado.
Nota: Un distinguido lector, el Ing. Luis Moreira, me ha señalado algunas imprecisiones en mi anterior columna: el fracking se conoce en castellano como fracturamiento hidráulico y su aplicación en rocas no es de esquisto, sino de lutita, de donde se obtiene el “shale gas” o gas de lutita, que se extrae con éxito en Estados Unidos. Pre-sal es el nombre correcto y no presal.
Fuente: El Universo