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España: “Hay demasiada gente viviendo del kilo y sólo lo que sobra es para el agricultor”

Juan José Cruz Criado es un agricultor ecológico del núcleo ejidense de Matagorda. Este año lamenta que no tendrá vacaciones, ya que está en plena campaña de recolección del pimiento y, lo que es peor aún, en dos semanas volverá a sembrar. Preguntado por la inversión que le supondrá la puesta en marcha de la próxima campaña, dice que prefiere no echar números, pero no puede evitarlo: “Una hectárea de pimiento, tal y como está hoy la cosa, de los 30.000 euros no baja”.

Está en plena recolección del pimiento ecológico, ¿cómo le va?

Hemos empezado la campaña de recolección, como bien dice, ahora mismo, llevamos dos cosechas nada más, entonces no se puede hablar todavía del tema económico. Hasta que no se termine no se puede decir nada y aquí tendremos hasta el mes de octubre o noviembre.

Aún así, ¿puede hacer un balance de cómo ha ido la campaña que acaba de terminar?

Lo que pasa es que esta es una cosecha a destiempo, primavera-verano, pero la campaña, en general, ha sido regular porque no se paga el producto ecológico en relación al convencional como debería de pagarse; de hecho, tienes casi los mismos precios durante todo el año que en el convencional, algunas veces, incluso más baratos.

Cultivar pimiento ecológico lleva, a priori, más trabajo que el convencional. ¿Es mucho el esfuerzo extra?

El trabajo, quizás, puede ser el mismo. Lo que sí es cierto es que hay una merma de producción, ya que siempre hay más estrío, más enfermedades que no puedes combatir a tiempo como el mildiu, hongos y hay otras cosas que con el control biológico sí se llevan bien, pero hay otras que todavía dejan mucho que desear.

Y usted ¿por qué se decantó por el cultivo ecológico?

Bueno, cuando yo empecé eran otros tiempos y te animaba escuchar que por el producto ecológico te daban otros precios; sin embargo, desde hace 5 años ha bajado muchísimo. Hay un poco más de oferta y también puede ser que la gente esté consumiendo menos productos ecológicos debido a la crisis que tenemos en toda Europa. Creo que se ha perdido parte del poder adquisitivo que teníamos antes y por eso también se consume menos. Al final, si no hay consumo, eso repercute en el precio.

¿Qué diferencias hay entre un pimiento ecológico y otro convencional?

Diferencias no hay, hoy por hoy, ninguna. Ahora el convencional se está tratando de otra manera, ya que desde hace 4 ó 5 años se están utilizando bastantes menos insecticidas y los que se usan no son dañinos para el consumidor. No hay apenas diferencias del ecológico al convencional.

Habla de un descenso del consumo de productos ecológicos en Europa, pero, a priori se supone que el consumidor europeo está dispuesto a pagar un poco más por un producto de calidad, ¿usted ha notado que sea así?

No. Yo tengo pimiento y he tenido pimientos todo este año y lo he estado vendiendo sobre el euro todo el año y, si quitamos el estrío del almacén, me puede quedar entre 85 ó 90 céntimos. Tenga en cuenta que quizá el convencional haya tenido mejor precio porque puede haber habido un mes o dos al año en los que, puntualmente, el pimiento ha valido 1,40 euros o que, incluso, ha tenido una media como la mía o más alta.

No obstante, el problema de los precios no sólo lo tienen los productores de ecológico como usted, sino también el resto de agricultores. ¿Por qué sucede esto?
Mire, mi opinión sobre este tema es muy simple: yo creo que quizá hay demasiada gente viviendo del kilo. Si usted piensa en la cantidad de gente que hay detrás de un kilo de género, debería mirarlo detenidamente y tirar de números, empezando desde el que hace el cartón hasta la persona que descarga el género en Holanda o Alemania. Ya le digo que yo creo que hay mucha gente viviendo del kilo y, realmente, sólo lo que sobra es para el agricultor.

¿Cómo se puede abordar esta problemática?

Creo que la llave de Europa, durante buena parte del año, la tenemos nosotros, pero, por decirlo de alguna manera, hacen con nosotros lo que quieren. Aquí no hay ninguna unión entre nosotros. Es verdad que hay varias asociaciones de cooperativas, pero no les interesa estar juntas; unos cuantos en un sitio y otros cuantos en otro, pero nada de estar todos juntos. Yo creo que debería haber unos precios unitarios. Cuando hay un poco más de oferta que de demanda todo el mundo quiere echar lo suyo fuera y ahí es donde se abaratan los géneros, porque yo mi céntimo me lo llevo, el del cartón se lleva el suyo y todo el mundo está viviendo del kilo, por lo que ese género hay que echarlo fuera al precio que sea.

¿Va a seguir usted con el pimiento?

Bueno, ahora planto porque en octubre o noviembre estamos fuera de fechas para sembrar. Por eso, la semana que viene, sembramos otra finca y una vez acabemos aquí, continuaremos allí con la recolección.

Ahora que empieza usted, de nuevo, con la siembra, ¿ha calculado cuánto le va a costar poner en marcha la campaña?

Depende el año, para cada campaña se hacen unas labores. Por ejemplo, cada dos o tres años se suele meter un abonado de fondo, estiércol y en una campaña, dependiendo de estos factores, puedes tener un gasto mayor o menor. En cualquier caso, creo que una hectárea de pimiento, tal y como está hoy la cosa y con todos los gastos, de los 30.000 euros no creo que baje.

¿Los bancos están respondiendo, les están ayudando, o, por el contrario, se están encontrando con dificultades debido a la situación económica?

La situación creo que está más difícil de lo que parece. Lo que pasa es que aquí la mayoría somos todos empresas familiares y no se piensa que con lo que respondemos es con nuestro patrimonio. Si usted se da cuenta, no creo que ningún empresario arriesgue su patrimonio. Por eso aquí, si vas y pides un préstamo de campaña, te lo dan porque lo tiene todo el banco. De hecho, si vas al banco y te dan es porque presentas una escritura y, si no, no hay ayudas para nada.

No obstante, parece ser que en las últimas campañas tampoco es fácil conseguir un préstamo de campaña pese a las escrituras…
Imagínese en la que me meto yo todos los años con las casi cuatro hectáreas que tengo… Lo que está claro es que si te da una virosis o algún cultivo se te estropea tienes muy difícil el pagar los gastos que puedas tener. Ya de por sí es difícil pagar, pues si te falla algo, es aún más difícil.

¿Cómo es su día a día?
Bueno, sin horarios. A veces con menos trabajo, pero siempre hay algo que hacer. Nosotros hemos sembrada esta finca fuera de tiempo y estamos trabajando en verano, luego este año no tenemos descanso ninguno. Por eso, espero tener algo de recompensa, ya que estamos trabajando y "no podemos pisar la playa."

Fuente: Almeria360.com
Fecha de publicación: