Sicaminamos por Big Bear Farms advertiremos algunos cultivos inusuales en esta fincade producción local de Florida.
“Aquívemos un poco de lo que llamamos fruta falsa o fruta de otoño”, ha explicadoKenneth Der.
Durantemás de 20 años, Kenneth Der ha apostado por cultivar arándanos orgánicos yotros vegetales certificados por el USDA (Departamento de Agricultura estadounidense).
Noobstante, antes, la familia de Der cultivaba tomates. Der decidió que elcultivo no valía la pena. Culpó al acuerdo comercial de 16 años con Méjico, alos costes de la mano de obra y a las normativas de Estados Unidos.
“Todoagricultor de Florida ha sufrido las consecuencias, y no hablamos de lashectáreas que han cultivado. Este acuerdo ha acabado con algunas fincas decultivo”, ha dicho Der.
Estasemana, el Departamento de Comercio estadounidense ha anunciado que podría ponerfin al convenio comercial con Méjico sobre las importaciones de tomate.
A Derle gusta la idea. Opina que llega tarde y que las importaciones mejicanas estánparalizando la industria local.
“No haymanera de que un cultivador de tomates pueda ganar dinero”, ha explicado.
Porejemplo, en un periodo de dos semanas en mayo, el precio de 11 kilos de tomateen Hunsader Farms en Bradenton, pasó de los ocho dólares a un dólar. Losagricultores han explicado que en ese momento no podían competir con el bajoprecio de los tomates provenientes de Méjico.
“Básicamente,lo único que hemos hecho es abrir algunas puertas equivocadas”, ha dicho Der.
Aunqueson puertas que el gobierno mejicano quiere dejar abiertas. Las autoridadesmejicanas han dicho que anular el convenio podría dañar las relacionescomerciales con los Estados Unidos. Der opina que los agricultoresestadounidenses son los que necesitan ayuda.
“Laconclusión es que prácticamente se ha destruido a todos los cultivadores detomates de Florida”, ha dicho.
Fuente:www.abcactionnews.com (en inglés)