Las muestras se llevaron a un laboratorio donde la bióloga Catrin Bleul las examinó en busca de bacterias, hongos, salmonelosis y listeriosis. Incluso ella quedó impresionada por los resultados: las trece muestras contenían bacterias intestinales y hongos. Solo tres de ellas contenían cantidades relativamente inocuas. Nueve de ellas estaban contaminadas, pero no en dosis amenazantes, aunque una de ellas fue catalogada de verdadero riesgo para la salud. La muestra se encontraba repleta de enterobacterias dañinas. Se trataba de una ensalada lista para tomar con tomates y mozzarella adquirida en una frutería. Se consideró que la causa podría ser una grave falta de higiene durante la preparación.
Depende de los propios consumidores prestar atención durante la compra. Cuando un producto fresco está envasado, hay que fijarse en la fecha de caducidad, como advierten varias asociaciones de consumidores. Sin embargo, este dato no aparece en muchos platos preenvasados. Las organizaciones de la salud aconsejan a los consumidores observar si existe alguna variación de color, malos olores o presencia de sedimentación.
Fuente: RTL.de (en alemán)