Quince productores de tomate siciliano conectados con el exportador Schego, están empezando poco a poco a cultivar tomates al modo neerlandés usando mucha tecnología. Según René Noordam, la calidad está mejorando lo suficiente como para no restringir las ventas solo al mercado polaco. Ahora la empresa dirige la mirada hacia Alemania y Escandinavia. "En Noruega quieren pagar más por el sabor".
“En Sicilia es costumbre iniciar la cosecha alrededor de las 10 u 11 de la mañana. Les dije que deberían comenzar por la mañana temprano o incluso por la noche. Entonces acabarían a las 10, antes de que haga calor en el invernadero. Así hay menos problemas de racimos secos y los tomates aguantan más", dice Noordam. Schego suministra productos de dieciocho productores italianos (un área total de 58 hectáreas) a los cinco mayores supermercados polacos. "Ellos aceptarán un racimo seco, pero Schego nunca antes había querido exportar a Finlandia y Noruega", explica Noordam. Como la calidad de los productos ha mejorado, están estudiando el mercado escandinavo. "Cosechamos algo pronto cuando el color es un poco más claro. Siempre hemos tenido el problema de que el producto estaba demasiado caliente cuando se enviaba; ahora lo prevenimos".
Noordam lleva meses trabajando con la empresa polaca. El interés de los productores italianos en las técnicas de cultivo neerlandés ha sido una sorpresa. "Cuando se enteraron de que yo era holandés y que tenía una experiencia razonable, vinieron a hacerme preguntas y se mostraron abiertos a recibir consejos. Para ellos también es sorprendente que el producto neerlandés tenga buen aspecto". Noordam habló con los productores y poco a poco se van viendo los cambios. "Van a usar las técnicas neerlandesas. Antes regaban las plantas cuando creían que estaban sedientas. Ahora, cinco de nuestros productores han cambiado a una instalación donde también pueden mezclar el fertilizante". Los productores de Schego no tienen conexión exclusiva con el exportador y también proveen al mercado local. "No compramos en el mercado abierto, pero no son productores a quienes pagamos y compramos la cosecha entera. Están conectados con nosotros".
En cuanto al próximo objetivo, Noordam ya conoce el dicho: "El producto neerlandés es suave y tiene un buen tamaño. Nosotros vendemos nuestros tomates sin un tamaño concreto. Esto es aceptable porque los compradores consideran más importante el sabor que el tamaño. El tomate siciliano es conocido por su sabor dulce. El precio es más alto que el de los marroquíes o españoles, como afirma Noordam. "En Noruega pagan más por el sabor, pero el producto marroquí y español presiona los precios".
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