“La feria es muy importante para Brasil porque vamos a traer personas del extranjero para que nos den su visión de futuro", dice uno de los organizadores del foro, Andrés da Silva. Aunque cada ponente puede aportar su propia opinión sobre hacia dónde se dirige la industria, da Silva indica que la mayoría de visiones hablan de un gran potencial en el mercado brasileño. Aunque la mayoría de los invernaderos del país se siguen dedicando a las flores cortadas, una porción creciente de los productores de invernadero ya están produciendo hortalizas. La producción de flores se concentra en el área de São Paulo, pero la creciente producción de hortalizas del país se ha extendido más, pese a que las demandas de los supermercados de remesas mayores y más uniformes, ha apremiado a los productores para consolidar sus operaciones.
Por ahora, Da Silva describe los invernaderos brasileños como lugares con un nivel medio de tecnología, de los que una gran parte tiene estructuras de madera, paneles de polietileno y ventilación a prueba de insectos, pero no sistemas de calefacción. Parte de la razón de la conferencia, sin embargo, es abordar la situación específica brasileña, como la escasez de invernaderos de alta tecnología, y aportar orientación sobre el rumbo que debería tomar la industria.
“Vendrá Alejandro Dumovic desde Chile para hablar sobre cómo obtener buenas cosechas", señala Da Silva. “Chile tiene una producción enorme y obtienen buenas cosechas con relativamente poca tecnología, por lo que esta charla nos interesará". Entre los ponentes se encuentra también Félix Tarrats, de Ceickor, para aportar una perspectiva mexicana; y también estará Gustavo Yentzen, de la Produce Marketing Association de Chile. El consultor Gilles Turcotte, de Agrisys, nos explicará cómo obtener buenas cosechas y calidad en una producción ecológica, ya que el Gobierno brasileño da mucha importancia a este sector. Da Silva espera que la conferencia ofrezca diferentes perspectivas y consejos para el floreciente sector de invernadero brasileño.
“Hace diez años no había tomates de uva, y ahora tienen un precio de hasta 30 dólares por kilo. Lo mismo ocurre con los pepinos y los pimientos morrones, así que todo el mundo está ganando mucho dinero", explica Da Silva, y añade que en Brasil hay grandes oportunidades. "Las personas que disponen de la financiación y la visión pueden crecer muy deprisa gracias a todas las oportunidades".
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Andrés da Silva
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