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Nueva Zelanda: El kiwi sobrevive a tratamientos de abundancia y escasez

En Nueva Zelanda, los científicos investigadores Linda M. Boyd y Andrew M. Barnett llevaron a cabo un estudio a largo plazo con cepas de kiwi maduras y cultivadas en el campo mediante el uso de diferentes técnicas (p. ej. poda, aclareo de frutos y anillación) para modificar la asignación de recursos de toda la cepa. Según Boyd y Barnett, el objetivo de su investigación era determinar cómo afectaban los tratamientos a la productividad de la cepa, la concentración de materia seca (CMS) y al comportamiento en almacenamiento durante varias temporadas. Los resultados del estudio aparecieron en HortScience.

Los científicos combinaron cargas de cosecha altas con una poda fuera de tiempo y excesiva para agotar intencionadamente el estatus de carbohidratos de la cepa (tratamiento de escasez) y, al contrario, usaron cargas de cosecha bajas con una alta tasa de fruta por hoja para proporcionar a la fruta copiosos carbohidratos (tratamiento de abundancia). Se empleó la anillación prolongada (AP) para aislar el follaje de las raíces durante prolongados periodos de tiempo. "Los tratamientos de escasez y AP se diseñaron para identificar cualquier problema que pudiera darse si los productores canalizan demasiada asimilación en la producción de fruta", explican Boyd y Barnett.

Los investigadores descubrieron que los tratamientos para toda la cepa que asignan una proporción mayor de carbohidratos a la fruta que al crecimiento de las raíces o de los tallos también afecta a la productividad de la cepa y a la calidad de la fruta. La anillación prolongada produjo fruta con mayor concentración de materia seca y anticipó la maduración, en comparación con las cepas anilladas con la misma carga de cosecha recolectada en la misma fecha. La fruta de las cepas anilladas era más susceptible a la aparición de manchas fisiológicas y menos susceptible a la degradación interna por baja temperatura que la fruta de las cepas controladas.

"Cada temporada, las cepas con AP se volvieron relativamente más productivas, lo que dio lugar a que tuviera que realizarse el aclareo de un gran número de frutos jóvenes para obtener cargas de cosecha realistas", escribieron los científicos. "En contraste, las cargas de cosecha relativamente altas, el escaso número de hojas y el aumento de la competencia entre los brotes y la fruta en crecimiento en las cepas con tratamiento de escasez redujo la productividad casi un 40 % respecto a las cepas con menor carga de cosecha y mayor tasa de fruta por hoja".

Los investigadores señalaron que, aunque los tratamientos afectaron a la productividad, a la CMS y al comportamiento en almacenamiento, no hubo indicios de disminución de la calidad de la fruta y la productividad tras cuatro años de aplicación de los tratamientos. 

Fuente: ashs.org
Fecha de publicación: