Los drones aterrizan en la agricultura española
Las imágenes obtenidas “nos permiten ver donde nuestro ojo no ve”, lo que es posible gracias a unos detectores que captan radiación fuera del denominado espectro visible, apunta a Efeagro el director del Instituto de Agricultura Sostenible (IAS) del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Pablo Zarco.
Zarco explica que “mediante física analizamos la radiación que captan esas cámaras y, tras procesarla, generamos mapas de lo que realmente le interesa al agricultor” y, por ejemplo, las zonas en rojo indican estrés hídrico, zona en azul buen estado hídrico.
Estas aeronaves permiten “tener, de forma sencilla, una serie de datos a tu alcance, como si tuvieras un satélite a tu disposición, pero con un coste más reducido y con mayor precisión”, según el responsable del área de sistemas no tripulados de Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales (Catec), Antidio Viguria.
Esto lo demuestra también el sistema desarrollado por el equipo de la investigadora del IAS-CSIC Francisca López-Granados, que usa drones para cartografiar los cultivos y detectar las zonas donde aplicar los herbicidas. Como los mapas están georeferenciados, se acota la zona en la que es necesario el tratamiento y no se trata toda la superficie, ya que la investigadora calcula que “el 70% del campo no lo necesita. Aplicar los fitosanitarios de forma generalizada y sin tener en cuenta la localización de las infestaciones origina gastos y un impacto medioambiental innecesarios”, remarca Francisca López-Granados.
En lo que coinciden todos ellos es en que estos mapas contienen gran cantidad de información, que debe ser procesada por un experto. “La imagen en sí no es nada”, resume Viguria, porque el resultado es un “mosaico, un mapa de temperatura, del campo”, a partir del que un científico calcula parámetros que se usan para sugerir acciones de abono, tratamiento fitosanitario o riego al ingeniero agrónomo.
Catec y CSIC, por la parte española, participan, junto con socios de Bélgica y los Países Bajos, en el proyecto comunitario “FieldCopter”, que desarrolla este sistema de recogida de información a través de cámaras multiespectrales equipadas en estos vehículos aéreos no tripulados, cuyo peso oscila entre los 5 y los 25 kilos. Aún se trata de un proyecto piloto, ya en fase final, pero está demostrando su efectividad.
Las experiencias se han realizado sobre campos de patatas en Bélgica y los Países Bajos, y de viñedo en España, donde se ha probado el prototipo con “muy buenos resultados” y una clara ventaja sobre las imágenes de satélite, con una precisión de 3 a 10 centímetros por píxel, frente a los metros de la de los satélites.
Otro punto a favor es que, en el caso del satélite, el agricultor tiene que esperar a que su órbita pase por su finca para tomar los datos (una vez cada tres días) y, si está nublado, no se puede hacer la “foto” multiespectral y el servicio hay que pagarlo igual.
Por eso, “las aplicaciones de esta tecnología en agricultura son enormes”, hace hincapié López-Granados que, con más de 15 años trabajando en la agricultura de precisión, augura un “gran futuro a esta tecnología” en el sector agrícola y forestal, o minero.
De hecho, se estima que las dos principales aplicaciones en la próxima década de estos vehículos, se realizarán en el terreno de la observación de la tierra y en seguridad. “Un 90% del mercado se repartirá en agricultura y seguridad”, resalta Zarco, “el objetivo en agricultura es que se desarrollen plataformas pequeñas, de fácil uso, que en unos minutos nos den información sobre el estado del cultivo, a un coste muy reducido”.
La idea es ofrecer este modelo como un servicio al agricultor o empresario agrícola por empresas externas, más que de adquisición del sistema, puesto que son equipos tecnológicos complejos, que deben contar con un equipo especializado para interpretar los datos.
La “verdadera revolución”, recalca Zarco, “no es solo que haya aviones que vuelen solos, sino que ha venido acompañada de sensores y cámaras miniaturizadas”, que permiten al técnico de una explotación tomar decisiones continuamente”.
Fuente: valenciafruits.com