Entre los argumentos que se rescatan para justificar esta caída de producción están las heladas tardías (de no muy bajas temperaturas pero sí extensas) en la etapa del cuaje del fruto, una mala polinización en floración y el añerismo característico que se da especialmente en manzanas.
Como dato negativo de este escenario, una menor cosecha en la producción de pomáceas determinará menos mano de obra a demandar y un menor comercio global de frutas, lo que también afectará a la parte de servicios que viven del sistema (transporte, insumos, etc.).
Según señalan las empresas, se observan mermas puntuales en algunos sectores pero "la cosecha está en niveles que permiten prever que no existirán problemas de volumen". Aseguran que las variedades de manzanas que se destinan al exterior no sufrieron daños importantes.
Fuente: Río Negro