La sandía ganadora, cultivada en la ciudad de Toma, en la isla más septentrional de Japón, Hokkaido, fue adquirida en una subasta de mercado por 2.530 euros (350.000 yenes).
La fruta fue la que mayor precio adquirió de un lote de en torno a 240 sandías Densuke, una variedad famosa por su forma circular, su inconfundible piel negra y su pulpa crujiente y dulce.
El precio de este año era 361 euros superior (50.000 yenes) que la sandía más cara vendida en el mismo mercado el año pasado.
Sin embargo, pese al desorbitado precio, no es la más cara que se ha registrado, pues ese galardón corresponde a una sandía vendida en subasta por casi 4.700 euros (650.000 yenes) en 2008.
La sandía de este año la adquirió Satoshi Ogino, de 47 años, comerciante de frutas y hortalizas, quien asegura que pujó para "dar respaldo a los esfuerzos de los agricultores".
Una cooperativa de agricultores con sede en Toma tiene previsto enviar alrededor de 70.000 sandías Densuke este año, con un precio ligeramente más moderado de en torno a 36 euros (5.000 yenes) la pieza.
La fruta ha sido apreciada durante mucho tiempo como un artículo de lujo en Japón y se suele ofrecer como regalo especial, productos inmaculados que se presentan en elaborados envases tan opulentos como elevado el precio.
Las frutas de consumo diario que se ofrecen en los supermercados también son caras, vendiéndose en ocasiones las manzanas hasta por 3,75 euros la pieza, un reflejo de la profundamente arraigada reverencia del país por los productos de temporada perfectamente formados.
Sin embargo, los mayores precios para las frutas japonesas se encuentran en las subastas regionales que inauguran la primera venta de la temporada de varios productos tales como las uvas, los mangos y los melones.
Un par de mangos del sur de Japón se vendieron en una subasta por el precio récord de 2.168 euros (300.000 yenes) en abril, mientras que dos melones cantalupos se adquirieron por 11.565 euros (1,6 millones de yenes) el pasado año en el norte de Sapporo.
Source: telegraph.co.uk