“En Oriente Próximo, solo unos pocos países son capaces de importar cantidades de fruta de calidad y pagar el precio adecuado; países como Arabia Saudita o los Emiratos Árabes Unidos, donde la situación parece estable y no hay riesgo de crisis de divisas (en relación con el dólar estadounidense), son algunos de ellos”, explica Marc Peyres, de Blue Whale.
Marc afirma que “es difícil evaluar si las dificultades económicas afectan de forma significativa al negocio de la fruta fresca, ya que para nosotros los factores más influyentes son el suministro de fruta, la situación de la divisa (euro frente a dólar estadounidense) o cuándo estará disponible el producto del hemisferio sur”.
Naturalmente, tanto las situaciones globales como nacionales afectan a la zona del Golfo. “Dubái, por ejemplo, es un gran centro regional, y si los países vecinos sufren crisis, eso afecta a los negocios regionales. Por otro lado, si la divisa de Europa ofrece mejores condiciones, se importa menos fruta de América y otros mercados regionales (por ejemplo, las manzanas de Irán), lo que da lugar a un mejor equilibrio entre la oferta y la demanda para mí”, asegura Marc.
Al final, las turbulencias políticas son malas para todo el mundo, pero principalmente para la población local. “Las circunstancias políticas y económicas, como el tiempo, son siempre cambiantes, así que los negocios tienen que aprender a ser flexibles y a adaptarse”, concluye Marc.
Por su parte, un exportador sudafricano de cítricos que trabaja con Oriente Próximo, asegura: “Todos nuestros clientes están inquietos por la situación en Irak, ya que más del 20% de la fruta reexportada desde Dubái se destina a Irak. Si el conflicto de Irak se acentúa, este negocio se verá afectado”.
Por otro lado, el conflicto sirio lleva latente cuatro años y ha provocado que las empresas no puedan vender a la escala en que lo hacían antes. “Sin lugar a dudas, el conflicto sirio ha afectado a los negocios hortofrutícolas entre Turquía y Oriente Próximo, en particular al de los limones”, afirma el exportador. “La situación actual en Egipto, sin embargo, no ha afectado tanto a sus negocios de exportación”.
La mayor parte de las operaciones comerciales en Oriente Próximo se realiza en riyales saudíes (SR) y dirhams de los EAU (Dhs), ambas divisas fuertes y con una equivalencia fija con el dólar estadounidense en US$ 1,00 = SR/Dhs 3,674. El dinar kuwaití y las divisas de Omán, Qatar y Bahréin también son muy fuertes.
En términos de logística, pueden darse problemas en el transporte en camión, por ejemplo, desde Turquía a Oriente Próximo, ya que los camiones tienen que atravesar Siria, lo que supone un riesgo. De la misma forma, el transporte en camión hasta Iraq implica riesgos similares y aumenta el coste y los precios de la fruta.
En definitiva, y como asegura Marc Peyres, Oriente Próximo es una región que ofrece grandes oportunidades para los negocios, pero también una donde las compañías tienen que estar preparadas para ser flexibles a la hora de hacer frente a cualquier problema que, seguro, siempre puede surgir.