Jozef Czarnocki, propietario de un bar en Varsovia, muerde una manzana y sujeta una botella de sidra como desafío al veto ruso.
Foto: Wojtek Radwanski/AFP/Getty Images
En Polonia, consumir manzanas no solo es beneficioso para la salud, sino que también se ha convertido en una declaración política. El jueves, el periódico financiero Puls Biznesu publicó un editorial titulado "Enfréntate a Putin: come manzanas, bebe sidra", después de que Rusia vetara las importaciones de manzanas de Polonia.
Desde entonces, varios polacos se han sumado a la campaña en los medios sociales publicando fotos irónicas de ellos mismos u otras personas comiendo manzanas en Twitter con el hashtag #jedzjablka (#comemanzanas), incluido el responsable del gabinete de seguridad nacional, Stanislaw Koziej, la eurodiputada Roza Thun y presentadores de la cadena de televisión nacional Telewizja Polska. También se ha creado e la noche a la mañana una página Facebook llamada Jedz Jablka Na Zlosc Putinowi (“Come manzanas para molestar a Putin”).
El ministro polaco de Agricultura, Marek Sawicki, dijo en una entrevista con los medios polacos que llegaría un momento en que los consumidores rusos obligaran al Gobierno de Putin a retirar la prohibición. Añadió que el Ministerio esperaba encontrar nuevos mercados para sus fruticultores en China, Japón y Vietnam.
La prohibición rusa de ciertas frutas y hortalizas, como manzanas, peras, cerezas, nectarinas, ciruelas y variedades de coles, fue anunciada el lunes mientras los líderes de la UE debatían la última ronda de sanciones contra las empresas rusas, y entrará en vigor el viernes. Muchos polacos ven esta medida como una represalia. Rusia, que importó 336 millones de euros en frutas y hortalizas desde Polonia el pasado año, niega que el veto tenga un motivo político, y en su lugar cita las violaciones polacas de las regulaciones sanitarias y los procedimientos de documentación.
Polonia es el mayor exportador del mundo de manzanas, con exportaciones anuales valoradas en 438 millones de euros. La fruta desempeña un papel clave en muchos platos nacionales, como los dumplings de manzana y la szarlotka, o pastel de manzana.