Philippe Degraef, director de Febetra, la federación real de transportistas y proveedores de servicios logísticos belgas, afirma que no pueden juzgar la situación muy bien. “No hemos recibido ninguna queja de nuestros miembros belgas. A lo mejor esto es porque ningún transportista belga recorre esas largas distancias ya, y esto es así desde hace varios años. El transporte de larga distancia no lo llevan a cabo los belgas ya, la competencia de los Estados miembros de Europa del Este es más barata. El producto agrícola fresco sí sale desde Bélgica hacia Rusia, pero, desde luego, no en vehículos con matrículas belgas”.
Rejo Fresh
Johan Chrétien, de Rejo Fresh, proveedor de servicios logísticos de Roeselare, asegura que todo está bastante tranquilo ahora mismo en lo que respecta al transporte de cargamentos. “Los precios están bajo presión, y cuando añades a esto todo el asunto ruso, el mercado está totalmente atado. El impacto negativo sobre los servicios logísticos no tardará en llegar, y ya se está notando. Todos los camiones que van a Rusia desde el oeste tienen que encontrar otros destinos. Hay una gran flota de vehículos, así que lo notaremos en toda Europa”.
Hacerse menos dependientes
Rejo Fresh transporta a Bélgica, los Países Bajos y Francia. “El repentino boicot ruso provocará una onda expansiva que recorrerá todo el sector del producto agrícola fresco. Con suerte, todo el mundo se repondrá rápidamente y pensará en soluciones. Un acuerdo de comercio con América podría ser una solución, por ejemplo. En realidad nos lo debemos el uno al otro, ya que somos en parte responsables de la reacción rusa. Si podemos suministrar a nuevos mercados de forma rápida y podemos consolidarnos, también seremos menos dependientes de Rusia. Al mismo tiempo, esto fortalecerá nuestra posición negociadora más adelante”, concluye Johan.
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