Durante dos años, Kees Kraneneburg trabajó como consultor de cultivo para Vyborzhets, una compañía de cultivos cerca de San Petersburgo donde se cultivan pepinos bajo iluminación durante todo el año. Anteriormente este mismo año, se volvió a los Países Bajos, pero ahora mismo está de vuelta en Rusia por vacaciones. “Desde luego que he visitado Vyborzhets”, contesta. “A la compañía le está yendo muy bien. Han seguido el camino ya establecido. La calidad es alta en comparación con el producto neerlandés, pero esta siempre ha sido una compañía de calidad”.
En la región, Kranenburg apenas ha notado el boicot. “Putin es listo, ha visto la oportunidad de jugar un juego de proteccionismo. En las tiendas no se nota nada, hay tomates de todos los rincones de la antigua Unión Soviética. Nuestro país [Países Bajos] y el resto de Europa están en peligro de caer en su propia trampa”. Él tampoco ha advertido nada en términos de descontento sobre las políticas de Putin. “Es muy popular. En la tele se ven imágenes que nosotros no mostramos. Gente muerta, incluso niños. Largas filas de camiones blancos llevando comida a los rusos ucranianos. Además de los precios dramáticos para las verduras, los precios del gas también subirán pronto. En resumen: ¡una política más inteligente en La Haya!”.