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La exportación UE-Rusia es un 3,5% menor que las fluctuaciones de cosecha anuales

La UE advierte a los candidatos a miembros Turquía y Serbia

A pesar de las publicaciones en los medios rusos de que los precios de los productos hortofrutícolas no aumentarían como resultado de las sanciones, cada vez aparecen más noticias demostrando justo lo contrario. En Moscú y Kaliningrado, los precios son más altos que antes. Además, la agricultura rusa necesita una inyección financiera de 13.300 millones. Mientras, la UE está tratando de evitar que los países no boicoteados se conviertan en los principales proveedores de Rusia. La Unión amenaza con las consecuencias que esto podría tener para los Estados candidatos a la UE.

En el mar, todavía hay muchos envíos de camino a Rusia. Maersk ha informado en un boletín que estos envíos tendrán que dar media vuelta, ya que las sanciones llegaron sin previo aviso. No está claro quién asumirá los gastos y cuánto costará. Dicho sea de paso, la situación puede haber tenido un efecto positivo para Maersk, ya que las importaciones extra desde Brasil hacia Rusia supondrán probablemente más trabajo.

Los Países Bajos: tres lecciones para el sector
En el periódico Financieel Dagblad, Arjen Daane y Krijn Poppe, economistas asociados al LEI, describen tres conclusiones a las que han llegado en respuesta a la crisis. En primer lugar, los exportadores deben tener en cuenta las cuestiones geopolíticas, no solo en el comercio con Rusia, sino también con otros mercados como China y Oriente Próximo, que también pueden tener influencia. Una solución podría ser producir en esos mercados y exportar conocimiento y tecnología en lugar que productos desde los Países Bajos; lo cual no deja de ser también lucrativo. 

En segundo lugar, según los economistas, este es también un buen momento para llevar a cabo una reorganización de la horticultura que reduzca el exceso de capacidad.

En tercer lugar, los precios de los productos tienen que cambiar. Hoy en día no hay precios prefijados en los contratos, ya que los precios se basan en los precios de subasta en el momento de la entrega. Sin embargo, las subastas se están haciendo cada vez menos representativas, como puede verse, por ejemplo, en comparación con Bélgica. Además, los grandes participantes tienen el poder de ejercer presión sobre los precios en los Países Bajos simplemente comprando en Bélgica de forma temporal, lo que mejora su posición negociadora en los Países Bajos. El sector debería adoptar estas iniciativas además de buscar nuevos mercados.

La UE enseña los dientes
Varios países han visto nuevas oportunidades en el mercado ruso, incluidos Serbia y Turquía, que han anunciado que quieren aumentar sus volúmenes de exportación. La UE ahora quiere dificultar algo más este proceso y ha solicitado a los candidatos a la UE que no hagan uso de las nuevas oportunidades de exportación que surjan de las sanciones. En otras palabras, aquellos que quieran unirse a la UE en el futuro, mejor que no aumenten sus volúmenes comerciales con Rusia. Los países candidatos incluyen a Serbia, Turquía, Macedonia, Montenegro e Islandia.

Estos países exportan 2.000 millones de dólares de productos boicoteados. La mayoría, 1.600 millones, corresponden a Turquía. Islandia produce volúmenes significativos de pescado y Serbia vende mucha fruta al país.

Bielorrusia: agujeros en la frontera cerrada
Aunque las autoridades bielorrusas han anunciado que no participarán en sortear el boicot ruso, los comerciantes están consiguiendo introducir sus productos en Rusia a través de Bielorrusia. El caso más notable es el de los camarones bielorrusos, procedentes de un país que no tiene acceso al mar. Los productos procesados en Bielorrusia (con al menos un 50% de los costos) tienen permitido el etiquetado como producto bielorruso. Las fronteras del país todavía están abiertas a los productos europeos, aunque las autoridades de aduanas tienen que evitar que los productos acaben directamente en Rusia. Además de los camarones, también hay camiones con bananas y piñas que pasan por debajo del radar ruso.

De media, Bielorrusia exporta 4.500 envíos semanales a Rusia, incluidos 700 de productos hortofrutícolas. Estas cifras no han experimentado ningún cambio importante hasta la fecha.

China detiene la prueba de frontera abierta
Las autoridades chinas han estado llevando a cabo una prueba haciendo los controles fronterizos entre Rusia y China más laxos. Con este acuerdo, China podría exportar fácilmente productos hortofrutícolas a Rusia y los rusos podrían exportar madera con más fluidez. Según las autoridades chinas, en la práctica esto supone que los camiones rusos pueden entrar a China muy fácilmente, pero la fruta china es inspeccionada a fondo por los rusos. Esto ha provocado el fin de la prueba. Se espera que en invierno, cuando Rusia dependa más de la fruta y la verdura importada, se reanuden las pruebas.

Casualmente, China tiene acuerdos similares con los países vecinos Kazajistán, Mongolia y Kirguistán.

Moldavia se desarrolla gracias al boicot
A causa del embargo a la fruta moldava, las autoridades están buscando desarrollar la capacidad de almacenamiento del país. Las instalaciones antiguas se están renovando y se están colocando nuevas máquinas de clasificación y envasado con el apoyo del Gobierno, que está asumiendo hasta el 50% del costo. Moldavia cosecha una media de 400.000 toneladas de fruta al año, suficiente para cubrir la demanda nacional y también para exportar, pero no es capaz de suministrar durante todo el año debido a su insuficiente capacidad de almacenamiento, que es lo que buscan mejorar las inversiones. En estos momentos, hay capacidad de almacenamiento en el país para 145.000 toneladas.

Kirguistán invierte en fruta seca
En la región de Issik-Kul, una importante zona frutícola en Kirguistán, se ha construido una nueva instalación de secado con espacio para fruta, hierbas aromáticas y hortalizas. La energía se obtiene mediante paneles solares. La región produce mucha fruta, pero no puede procesarla. Esta nueva instalación proporcionará a los productores una fuentes de ingresos adicionales.

Las familias rusas ven reducirse su capacidad de compra
A pesar de la promesa de las autoridades rusas de que los rusos no se verían afectados por las sanciones, parece que tanto la economía como los consumidores las están padeciendo. El ministro de Asuntos Económicos ruso afirma que se debería dar al Gobierno la oportunidad de estimular la economía. Rusia está al borde de la recesión, pero la capacidad del Gobierno de inyectar dinero en la economía es limitada. Eso solo podría pasar si aumentaran los ingresos procedentes del petróleo. Según el ministro, es importante estimular la economía y él ve oportunidades de hacerlo y desarrollar los sectores donde las importaciones se han prohibido, como por ejemplo en el cultivo de frutas y hortalizas.

El ministro de Agricultura apoya a su colega y ha pedido al Gobierno que invierta 13.300 millones de euros en ayudas estatales para el sector agrícola. Con ese dinero, se podrían subvencionar un proyecto para ayudar a reducir el volumen de importación. Según el ministro, es posible aumentar la producción nacional si la ayuda se concede.

En la región de Kaliningrado, los precios de las frutas y hortalizas importadas han aumentado en un 10-20%. En el mercado también hay productos agrícolas locales disponibles, así como productos de nuevos proveedores como Chile, Macedonia y Serbia.

En Moscú, los periodistas de Fruit News han investigado los cambios en el mercado inducidos por el boicot. La conclusión: el suministro en los supermercados ha caído un 29,5% y los precios son un 17,1% mayores que en el verano de 2013; la oferta de peras ha descendido un 36% y la de kiwis, bananas y fruta de hueso es un 30% menores que la del año pasado.

El precio de estas frutas también ha aumentado significativamente. Los kiwis son un 42,3% más caros y, en algunas tiendas, el precio es incluso un 93,4% mayor. La fruta de hueso es, de media, un 33,3% más cara; el precio de las uvas es un 28,5% mayor. El consumidor paga un 21,6% más por los cítricos y las peras son un 16,7% más caras. Las manzanas cuestan más, pero su precio ha subido un 3,1% más despacio que la tasa de inflación, lo que equivale a una bajada de precio. Los precios de las bananas son un 23,3% menores.
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