Andy Hall se enfrenta a demandas civiles y penales presentadas por la procesadora tailandesa de fruta Natural Fruit, un importante proveedor del mercado europeo de bebidas, en respuesta a las acusaciones de utilizar mano de obra forzada e infantil, de pagar sueldos por debajo del mínimo legal y obligar a trabajar durante largas horas.
Hall, quien hizo dichas declaraciones en un informe el año pasado para Finnwatch, organismo finlandés de protección de derechos, está citado hoy, día 2 de septiembre, en el tribunal en Bangkok, por un cargo de difamación relacionado con una entrevista que concedió a la cadena de televisión Al Jazeera sobre el asunto.
Si es condenado en este primer juicio, podría enfrentarse a un año de prisión. Más adelante, en este mismo mes, está prevista la lectura de cargos más graves bajo la ley de delitos informáticos, que suponen hasta siete años de cárcel para cada cargo. Hall denunció los cargos como "acoso judicial", diciendo que quería que su caso diera a conocer la explotación "generalizada y sistemática" de los inmigrantes en Tailandia.
"Este abuso se extiende a muchos mercados de exportación más allá de la pesca, el marisco y las piñas, hasta las aves de corral, las frutas y hortalizas, el caucho y ahora incluso el sector minorista, de la alimentación y las bebidas y el turístico", aseguró en unos correos electrónicos.
Los trabajadores inmigrantes, en especial los procedentes de Birmania y Camboya, ayudan a mantener a flote las importantes industrias tailandesas del marisco y la construcción, pero suelen carecer de permisos de trabajo y reciben sueldos por debajo del salario mínimo.