Exportación
Hay poca exportación. “Todavía tenemos algún negocio en marcha, pero son principalmente contratos. El comercio diario es muy flojo, por lo que hay pocos pedidos adicionales. Los precios bajos convencen a muy pocos y tampoco hay demanda desde Europa del Este, allí hay buenas existencias y no empezarán a importar hasta que haya escasez, lo que no pasará pronto”.
Aunque el veto a la importación de patatas está vigente desde hace un tiempo, todavía se echa de menos a Rusia como compradora. “Especialmente debido a la gran producción que hay este año. Siempre es bueno que Rusia esté en el mercado porque a menudo supone que mucho volumen se va fuera. Nosotros solo tenemos una pequeña cuota en ese flujo comercial, pero en lo que se refiere a la situación del mercado, esto tiene una influencia positiva. Ahora tenemos que esperar a ver si hay un mercado diferente, posiblemente nuevo, que pueda comprar esos grandes volúmenes”.
Si todo continúa como hasta ahora, Jurgen espera los acontecimientos con sentimientos encontrados. “Todavía hay mucho que recolectar, así que no podemos precipitarnos con nuestras conclusiones. Lo positivo es que la calidad de las patatas es buena y eso está muy bien. También tenemos precios bajos, lo que ofrece oportunidades de probar en nuevos mercados. Esta es la línea que estamos siguiendo más o menos. Ya se han enviado algunas muestras con la esperanza de que algo funcione”, concluye.
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