Existen muchas razones por las que las cosas han ido como lo hicieron: "En primer lugar, se dio una sobreproducción debido al buen tiempo durante el cuajado, pero una producción así de abundante dio lugar a una peor calidad".
Actividad en el mercado hortofrutícola de Vignola (Módena).
La segunda razón fue el tiempo estival, "pues el consumo está estrechamente relacionado con las temperaturas cálidas. Sin un verano de verdad, la demanda cayó. Por último, debido a la crisis económica, se empezó a comprar menos fruta".
Los problemas surgieron en julio, cuando empezaron a caer los precios. "A la Amola, por ejemplo, le costó alcanzar 0,50 €/kg y lo mismo ocurrió con la Goccia d'Oro". Algunas compañías registraron precios un 30% menores.
Ahora que está finalizando la temporada, solo quedan las variedades tardías, pero todavía es pronto para hacer balance. "Sin embargo, hay mucho producto almacenado en las cámaras y necesitamos espacio para las peras". Algunos propietarios están sacando las ciruelas para hacer sitio para las peras. "Todavía no sabemos cómo irá la temporada de la pera porque la mayoría de la fruta aún no se ha vendido. No obstante, sabemos que el suministro será abundante".
"Esperamos de verdad que el veto ruso se levante, pues el país absorbía mucho de nuestro producto de baja calidad que no podíamos vender en otro lugar. En un año como este, Rusia nos habría ayudado mucho".
"Esta año ha sido tan malo que no concibo que el próximo año pudiera ser igual, es imposible que se repitan las mismas condiciones meteorológicas. Además, es normal que tras una producción tan abundante, las plantas produzcan menos".