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Los proveedores europeos mantienen su presencia en World Food Moscow

A pesar de las restricciones impuestas sobre las mercancías europeas por el Gobierno ruso, ha habido una saludable presencia europea en la reciente feria World Food Moscow. Aunque todavía se desconoce cuándo se resolverá la situación actual entre Rusia y la UE, los proveedores de productos frescos europeos quieren mantener sus relaciones en Rusia para cuando la situación mejore.

“Han asistido bastantes europeos”, señala Irini Kozily, directora general de FruitNews, la agencia de noticias rusa. Kozily asistió al evento y señala que, aunque los asistentes estaban más nerviosos de lo habitual, dado el clima político actual y el veto a los productos alimentarios, los participantes europeos causaron una buena impresión.


“Esta caja está vacía gracias a la hipocresía de los Estados Unidos y gracias a la estupidez de Europa”.

“Para mí, personalmente, su asistencia causó una buena impresión”, afirma Kozily. “Porque aunque no pueden enviar sus productos a Rusia, demuestra su seriedad en este mercado”. Que los productores europeos están dispuestos a hacer un esfuerzo por mantener las relaciones que tienen en Rusia es un testigo de la importancia que el mercado ruso tiene para los proveedores europeos. Pero la relación es recíproca y muchos compradores rusos también están ansiosos por una resolución de la situación actual.

“Algunas compañías rusas han sido capaces de encontrar nuevos socios y cambiar sus fuentes”, comenta Kozily. “Para otras compañías, es un gran reto centrarse en los productos que vienen de la UE”. Los programas que podrían usarse para hacer menos dependientes a los rusos de las importaciones europeas pueden dar frutos a largo plazo, pero ahora mismo no ayudan mucho, porque cuesta más de una sola temporada que los productores compensen el déficit que conlleva el veto europeo.

“No se puede plantar un huerto para tener cosecha de melocotones en menos de un año”, explica Kozily. “Así que tenemos que sobrevivir con los cambios que se han dado y esperar que se deshagan esos cambios en los próximos meses para el bien del mercado ruso y los clientes rusos”. Es difícil cuantificar el impacto total que el veto sobre las mercancías europeas ha tenido sobre el suministro de alimentos o los precios, porque el mercado del producto fresco siempre está cambiando. Para los consumidores, que a menudo tratan con fluctuaciones en los precios y en los surtidos, las condiciones actuales del mercado podrían ser simplemente una versión más pronunciada de un año típico. Pero los efectos están ahí, y aunque los consumidores no los puedan cuantificar exactamente, ven menos opciones y precios más altos. Que los efectos sean notables para todo el país no garantiza, no obstante, que la causa de esos efectos, el veto, se levante próximamente.



“Sabemos que mucha gente se está quejando de los precios actuales y que incluso el Gobierno ruso ha reconocido que los precios han subido por las restricciones impuestas sobre los productos alimentarios”, asegura Kozily. “Pero no estamos en Europa, por tanto, el Gobierno ruso no va a cambiar sus decisiones inmediatamente solo porque los precios hayan subido. Así pues, la verdad es que no sé lo que está planeando el Gobierno”.
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