1. Optimismo a más largo plazo en cuanto a la economía
Durante los últimos doce meses han ocurrido muchas cosas. En Brasil siempre están ocurriendo muchas cosas, pero el último año ha sido excepcionalmente ajetreado. El Mundial ha atraído a gran cantidad de turistas que han disparado la venta de cerveza y carne, pero han estado acompañadas de muchas frustraciones por la inversión requerida para sostener un evento de esa categoría. Y no ha ayudado que el Mundial coincidiera con un periodo de desaceleración económica. Aunque todavía queda mucho optimismo a más largo plazo, 2014 y 2015 parecen ser años de menor crecimiento para la economía brasileña. Además, este mes se celebran elecciones, en las que Brasil elegirá a un nuevo presidente.
2. Un entorno más promocional que nunca
El año pasado, la menor inflación propició la mayor frecuencia de las compras y redujo la necesidad de promociones. De nuevo, la inflación está afectando al comportamiento del consumidor, pero esta vez está aumentando y provocando que más personas regresen a los anteriores hábitos de compra de acopio cuando algo está en oferta, antes de que se ponga más caro. La inflación se acerca al límite superior del objetivo establecido por el Gobierno, en un 6,51% (agosto de 2014), y muestra pocos signos de reducción. Desde una perspectiva minorista, para un operador de precios bajos todos los días —como Walmart— se hace más difícil mostrar valor. Y es todavía más difícil en un mercado en el que los formatos como el "atacarejo" son el punto de referencia para el compromiso de precios bajos todos los días.
3. El "atacarejo" sigue siendo un formato en crecimiento
Conocimos este éxito brasileño —parte cash & carry, parte descuento, parte hipermercado— en nuestras anteriores visitas, y no deja de cobrar fuerza. Un precio bajo basado en una oferta limitada que incluye gran cantidad de marcas, y un entorno de tienda simple, pero a menudo animado y divertido, forman parte de su atractivo y explican por qué cada vez es más fuerte en Brasil, especialmente dadas las condiciones económicas.
4. Hacer circular los productos en Brasil no es tarea fácil
Brasil tiene el tamaño de Europa y la infraestructura es poco uniforme. Es lo que percibimos tras pasar un día con el importante mayorista Martins en Uberlândia, la segunda mayor ciudad del estado de Minas Gerais, que limita con el estado de São Paulo. Martins provee a medio millón de clientes de todo el país y ha construido una impresionante red de distribución para lograrlo. Lo que nos impactó particularmente fue la flexibilidad que ofrece a los propietarios de los establecimientos, pues les da opción de comprar uno o dos productos cada vez en lugar de un lote completo, lo que ayuda mucho a los operadores de menor tamaño. Martins también se propone aumentar los estándares ayudando a las tiendas en aspectos como formar parte de su grupo de franquicias de supermercados Smart o poner en funcionamiento principios de gestión de categorías.
5. Los minoristas más grandes se centran en una mayor proximidad
Visitamos varios formatos de tiendas de barrio en São Paulo de algunos de los principales minoristas: GPA, Carrefour y DIA. Algo que nos impresionó mucho fue el Minuto Pão de Açúcar de GPA. Basada en el formato de supermercado Pão de Açúcar y abierta en junio de este año, la tienda centrada en la calidad está bien orientada a satisfacer las necesidades de los compradores de São Paulo de mayor poder adquisitivo. Carrefour abrió su primera tienda Express a finales de agosto. Basada en tres "circuitos", ofrece productos de consumo inmediato, reposiciones diarias y una completa tienda de comestibles. Parece que esto no acaba aquí, pues Carrefour ya habla de abrir más tiendas Express en São Paulo y otros lugares, y GPA se propone tener abiertas 15 tiendas Minuto Pão de Açúcar para finales de 2014.
Por tanto, esta es, sin duda, una de las tendencias de formato para las que prevemos un crecimiento. También vemos oportunidades para el crecimiento de las ventas en internet, pero no será el tipo de progreso en internet que hemos visto en países como Francia, el Reino Unido o los Estados Unidos. En primer lugar, porque no existe infraestructura técnica y, en segundo lugar, porque a los brasileños siempre les gusta hacer las cosas a su manera. Dicho esto, de las conversaciones que tuvimos durante nuestra visita, concluimos que hay una tendencia creciente a mirar fuera de Brasil en busca de inspiración y mejores prácticas para estimular la competitividad y ayudar a colocar de forma permanente a Brasil en la escena mundial.