Según Jelger, “nuestro centro de atención ha sido maximizar la productividad y minimizar los costes, lo que ha derivado, por ejemplo, en la impresionante tecnología de invernaderos neerlandesa, mientras que fuera del mundo de los productos hortofrutícolas frescos, se ha invertido mucho más esfuerzo en satisfacer a los consumidores y asegurarse de que el viaje vale la pena”.
“Un productor puede aplicar una técnica que le permita aumentar su producción de tomates, incluso si ello tiene efectos negativos en el Brix y, por tanto en el sabor, mientras que el sistema de estrellas Michelin nos ha enseñado que los consumidores están dispuestos ha hacer un viaje especial si el valor es excepcional”.
Jelger afirma que incluso los minoristas en el segmento de los bajos precios están advirtiendo que es importante centrarse más en el sabor como modo de añadir valor a la compra. “Por ejemplo, controlando un aspecto como la duración del trayecto de un mango, en última instancia influirás en el sabor que tendrá cuando llegue al consumidor”.
La cuestión es que cuanta más información tenga un madurador sobre la fruta, sobre su origen o el grado de madurez al ser cosechado, mejor podrá esta persona madurar el producto. “Los consumidores, después de todo, son nuestro futuro, y si somos capaces de satisfacer sus demandas, estaremos haciendo lo correcto”.
Por su parte, Jean Vanmalle, de Compagnie Fruitiere, abordó algunas preocupaciones de la cadena de suministro, en concreto la logística, la calidad del producto y la rentabilidad. “En términos de organización y estandarización, nos centramos en los sistemas de información TI, que nos proporcionan predicciones de volumen y ventas y nos permiten saber qué productos enviar a cada mercado”.
El sistema TI también permite a la empresa tenerlo todo vinculado. “En todas nuestras rutas con rumbo norte, y en el futuro también sur, usamos códigos de barras que nos aportan una trazabilidad total desde el campo hasta el consumidor.
Jean afirma que uno de los problemas que evitar en la logística es la congestión, “un problema que puede resolverse mediante la integración del puerto. También es importante saber reaccionar a los problemas políticos, así como diversificarse tanto en su gama de productos como en tus destinos”.