Argentina: Los productores de arándanos apuestan por EE. UU.
Estados Unidos es el rey del arándano, se lo corone desde la producción o del consumo. En ambos posee más del 50% del mercado mundial, mientras en la Argentina recién se vendió al exterior la primera media tonelada hace veinte años a pesar de que el vecino Chile es veterano proveedor internacional.
Aun así, desde hace un mes y medio la aeroestación norteña no da abasto para sacar la “exótica” fruta fina. Fue cuando despegó el Boeing 767 de LAN Cargo con el primer vuelo del año de arándanos (96 palés con 38 toneladas, procedentes de Metán, Salta, y de Tucumán), que fue a San Pablo para el reembarque hacia Reino Unido, Países Bajos y Alemania (el 90% del volumen total) y a Estados Unidos (10%).
El año pasado se comenzó a incursionar no sólo en Estados Unidos, sino en la Unión Europea. Se llevan cargados 250 vuelos desde 2006, primer viaje experimental. En 2013 se llevaron adelante 51 salidas desde Tucumán, de diferentes tonelajes.
Además de marcar la etapa más prolífica de la producción regional y de las exportaciones de la fruta, es el mejor momento para los precios, que en las cinco semanas superan los 25 dólares el kilo en puerto de salida, 10 más que en el otro pico del año, que es en abril, según datos provistos por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
“El precio se mantendrá alto hasta fines de octubre. Luego habrá superproducción, por lo que el valor irá disminuyendo”, dijo el gerente de la entidad, Guillermo Olivera.
De todos modos, aclara, “todo el mundo sabe que desde septiembre hay arándanos que vienen de la Argentina, que somos primicia y que es escaso”.
Contraestación
El cultivo de arándano en Argentina tiene una ventaja adicional: la mayor parte de la cosecha comienza a mitad de septiembre y se extiende hasta mediados de diciembre, justo cuando el hemisferio norte carece de frutos frescos por haber culminado su recolección dos meses antes. El ciclo local se inicia en Tucumán en septiembre, continúa en Entre Ríos (Concordia) desde mediados de octubre y finaliza en diciembre con el aporte de Buenos Aires.
La producción argentina de arándano es relativamente nueva. La mayor parte se exporta en fresco hacia el hemisferio norte, ya que se encuentra incorporado a la dieta de los habitantes de los países desarrollados, donde el notable cambio en las pautas de consumo hacia productos naturales con componentes beneficiosos para la salud confiere una perspectiva de permanente incremento en el consumo.
Tamaña demanda lo convierte en uno de los cultivos emergentes de los últimos años en Argentina, a punto tal que ha logrado convertirse en la séptima fruta fresca exportada, detrás de la pera, el limón, la manzana, la mandarina, la naranja y la uva.
En ese sentido, el Senasa estimó que durante 2013 ingresaron 29,4 millones de dólares estadounidenses al país por un volumen exportado de 14.610 toneladas de arándanos. Los principales destinos fueron Estados Unidos (8.965 toneladas), Gran Bretaña (2.163 t) y Países Bajos (1.267 t).
De este modo, el sector ha realizado importantes inversiones para procesamiento (consistente en clasificación, enfriamiento y desinfección de la fruta) y empaque. Y como la cosecha y clasificación son manuales, con alto requerimiento de personal durante los meses de recolección, este cultivo constituye un importante generador de empleos. Hasta la primera quincena de noviembre, la actividad contendrá entre 15.000 y 20.000 obreros, según las perspectivas de la cámara de productores.
Negocio redondo
Los números de una trabajo realizado para la Universidad Nacional de La Pampa son más que atractivos: a un proyecto de diez hectáreas se puede entrar con el equivalente a 350.000 dólares entre capital fijo y de trabajo. La inversión se recupera en el octavo año, y en el sexto, la cosecha sería de 18.400 kilos, que reportan un ingreso de unos 280.000 dólares, frente a un costo de 140.000 dólares, margen que permitiría absorber caídas de hasta el 40% en los precios.
No extraña que, en consecuencia, la superficie plantada ascienda ya a 3.500 hectáreas, con un rendimiento promedio de entre 5.000 y 6.000 kilogramos por hectárea y una producción nacional que ronda las 20.000 toneladas.
Las principales provincias exportadoras de este fruto son Entre Ríos con el 40%, Tucumán con el 37% y Buenos Aires con el 20%.
En esta temporada, Tucumán espera una cosecha de fresco en torno de las 6.000 toneladas, cuyo destino está asegurado a los Estados Unidos, Reino Unido, Europa y Canadá. También se hacen envíos a Hong Kong, Rusia y otros mercados asiáticos menores.
Ese volumen, en caso de lograrse, representará un incremento de un 42% respecto de 2013, temporada que estuvo castigada por las heladas. En el caso del producto congelado, detalló que se estima que se exportarán unas 2.000 toneladas.
Consumo interno
�El 80% de la producción de arándanos se destina al mercado de exportación como producto fresco para consumo final, mientras que el 20% restante (descarte, porque no cumple con requerimientos internacionales) se comercializa de la siguiente manera: alrededor de un 15% es procesado en forma de dulces, complementando lácteos, pasteles o jugos. Se usa como ingrediente de bebidas alcohólicas y como colorante en alimentos, ya que es uno de los pocos pigmentos naturales de color azul.
El 5% restante se destina hacia casas de repostería y consumidores particulares y al mercado de consumo institucionalizado a nivel local (principalmente restaurantes de alta gama). Su utilización es de nivel intermedio para la preparación de tortas y postres. En este nivel se comercializa congelado. Este último es un amplio camino por recorrer, ya que la inexistencia de un mercado interno desarrollado para la fruta azul se debe a que el arándano todavía no forma parte de los hábitos de consumo de la población argentina, aunque también se vincula a la baja capacidad del sector para ofrecer productos frescos y procesados a precios accesibles que faciliten su penetración al mercado interno.
Cencosud, Makro y Carrefour son las únicas cadenas que ofrecen arándanos, habiéndose ampliado la cantidad de sucursales que manejan este producto.
Y como consecuencia del creciente aumento de las cantidades producidas, la falta de un mercado de productos industriales basado en el arándano surge como un limitante para la colocación del remanente de fruto fresco no exportado (llamada cosecha de descarte).
Fuente: Diario BAE