Tradicionalmente, las frutas más económicas y duras, como las manzanas, las naranjas y las bananas, han dominado los fruteros de Estados Unidos. Hoy en día, en el punto máximo del tirón de las berries, la cantidad de piña que consumen en el país casi se ha duplicado y se ha registrado un aumento de cerca del 40 por ciento en el consumo de mangos, papayas y mandarinas. Quizás suenen más exóticos y atractivos, pero The New York Times informa de que no es el paladar estadounidense el que está cambiando.
No resulta negativo las muchas promesas de que las berries son un superalimento saludable, pero los expertos de la industria señalan que los agricultores están cambiando y mejorando su producción para aprovechar las berries en temporadas bajas, cuando los precios pueden multiplicarse más del triple. Por ejemplo, los productores de arándanos no están limitados a zonas donde haga frío para sacarlos de la dormancia, porque las nuevas variedades permiten a los productores de la costa de California obtener beneficios del cultivo.
"Las técnicas de cultivo de frambuesas, arándanos y moras han mejorado mucho en los últimos quince años", asegura Chris Romano, responsable de la compra global de producto de Whole Foods.
Las técnicas mejoradas todavía no han hecho bajar los precios de las berries de temporada baja, razón por la que, probablemente, todavía es más fácil para los bolsillos consumir productos cuando están en temporada. Un agricultor explica que los arándanos ecológicos se venden ahora por 40 dólares la caja de 3,3 libras (1,50 kilos), y la misma caja se vende por 12 dólares en julio, en el pico de la temporada.