"Las anómalas condiciones meteorológicas han concentrado la oferta en solo unas semanas. Además, el veto ruso ha provocado que el mercado europeo estuviera inundado con producto español, lo que ha minado el frágil equilibrio entre el coste y los beneficios".
"Casi el 70% de las clementinas italianas se producen en Calabria y el resto se cultiva en Apulia, Sicilia y Basilicata. Las empresas ya tienen que hacer frente a los impuestos y a la burocracia, y esta situación amenaza con poner en peligro aún más la economía de regiones enteras".
Las empresas están funcionando a pérdidas y ni siquiera podrán cubrir los costes de producción. Las clementinas en planta se venden actualmente a tan solo 15-18 céntimos de euro el kilo. "Existe la necesidad de medidas excepcionales de apoyo, ya que tenemos que evitar lo ocurrido en verano, cuando una lenta respuesta comprometió toda la campaña".
Según el agrónomo y citricultor experto Francesco Perri, podríamos hablar incluso de 8-10 céntimos por kilo; la temporada avanza de forma catastrófica y parte del producto se quedará sin vender. Las clementinas comunes son las que peor lo llevan, ya que hay mucha competencia. Tenemos que diversificar y reorganizar el sector".
Según los datos de Ismea, los precios ya han caído un 35% en poco más de un mes.
A continuación, gráfico en italiano: