España: El IVIA lanza nuevas variedades de mandarina
Con estas tres mandarinas de segunda estación, el organismo de investigación naranjera, dependiente de la Conselleria de Agricultura, contraataca en medio de una batalla comercial entre un elenco creciente de nuevas mandarinas para disputarse el mercado de la segunda parte del invierno y principios de primavera.
Todavía no es seguro del todo que las tres vayan a ser puestas a disposición del sector citrícola y cabría que no salieran todas ellas. Lo que está haciendo ahora el IVIA es una ronda de presentaciones de estas variedades a grupos del sector citrícola para conocer la valoración de los profesionales para cada una de ellas.
Según explican Luis Navarro y Pablo Aleza, del Departamento de Biotecnología del IVIA, el centro y la Fundación Agroalimed decidirán al respecto en función de las valoraciones recabadas entre los citricultores y comercializadores, porque se quiere contar con una amplia base de información que asegure que lo que se haga cuente ya con una aceptación de partida.
Por otro lado, hay interés en acelerar el ritmo de salida de nuevas variedades del IVIA, puesto que los investigadores y los responsables políticos de la Conselleria reciben constantes presiones al respecto.
En medio de una afluencia creciente de nuevas mandarinas que llegan al mercado con la aureola del no va más (después ya se verá) y, encima, con el requisito de tener que pagar importantes regalías para tener derecho a producirlas, desde el sector preguntan insistentemente: ¿qué hace el IVIA, el gran centro de antaño? En medio de este panorama se llega a cuestionar si hay conformismo en que lo mejor es lo que viene de fuera, porque en casa no se obtienen cosas que aparentemente superen lo que se importa, por más que en el fondo haya lógicas dudas de que todo lo importado obedezca a estrictas razones de calidad y no al afán de recaudación rápida de royalties.
Probar en varios campos
De esta forma parece que hay un cambio de actitud en el centro investigador de Moncada para acelerar la puesta en el campo de las nuevas variedades disponibles y no entretenerse años y años en análisis y comprobaciones que retrasan demasiado el proceso, al menos frente a las prisas del sector y el ritmo complaciente que muestran otros.
En este cambio de estrategia es posible que impere al fin el criterio de implantar con mayor ritmo cada variedad seleccionada en lugares diferentes de la geografía citrícola, para que se pueda desarrollar en condiciones de cultivo regular y de esa manera se concluya en pocos años qué es mejor o peor, en qué condiciones de suelo, patrones y clima funciona o no cada cosa. Al final es la prueba definitiva, como se está viendo con Safor y Garbí, otras mandarinas del IVIA, que se han definido con resultados medianos en unos casos y, en cambio, excelentes en otros.
Existe otro factor que hace aconsejable que el IVIA vaya sacando al campo las mejores variedades que tiene en estudio (de entre varios millares de híbridos y mutaciones). Es el de los elevados royalties que exigen a los agricultores los obtentores y licenciatarios de las nuevas mandarinas y naranjas que llegan de fuera, que oscilan entre 25 y 78 euros por árbol. En cambio, en las variedades del IVIA sólo son 2 euros por plantón, uno por los derechos de obtención (que ayudan a mantener el esfuerzo investigador) y otro para sufragar los gastos de gestión en el control de lo cultivado de cada variedad.
Se piensa que la disponibilidad de variedades muy interesantes y con royalties modestos y asumibles servirá para aumentar la competencia, decantar la producción y al mismo tiempo moderar las ansias de otros obtentores.
Tres nuevas opciones
La Alborea es un híbrido triploide "hijo" de los mandarinos Fortune y Wilking. Árbol de vigor intermedio y crecimiento abierto, con buena compatibilidad con los patrones habituales y madera intermedia. Los frutos son de un rojo intenso, fácil pelado y gran calidad organoléptica; se parecen más a las clementinas que a los tangelos. Maduración y recolección desde mitad de diciembre a primeros de febrero. Como las otras dos clases, permitiría alargar la campaña de la Clemenules. Es resistente a la alternaria; no ha habido huellas del hongo ni con inoculaciones forzadas. Tampoco presenta fisiopatías, ni tiene semillas ni las provoca en otras variedades. Los triploides tienen esta virtud antipinyolà.
Coral y Tri-5 son "hijas" de Fortune y mandarino Común, del que han heredado su característico aroma a la primitiva mandarina. Maduran en enero-febrero, algo después que la Alborea. Son también de gran calidad organoléptica, pero relativamente susceptibles a la alternaria, lo que las convierte en variedades que deben ser cultivadas por agricultores más especializados o en localizaciones exentas de tal problema.