El rojo es un color que representa la buena suerte en China. Y en épocas de celebraciones, como el Año Nuevo chino, que comienza esta semana, se puede ver por todas partes. Así que no es raro que las frutas rojas estén más disponibles en esta época del año.
En un puesto de fruta que visité había manzanas rojas gigantes del tamaño de pomelos, pequeños tomates cherry, mandarinas de color naranja intenso, clementinas y kumquats, cestas apiladas con fresas de invernaderos locales, uva de mesa y pitayas.
Y también cerezas de un rojo intenso, muchas de ellas.
Los vendedores de fruta ambulantes se pasean por toda la ciudad acarreando cestas de cerezas sobre palos de bambú. Decidí ir al mayor mercado mayorista de fruta de Shanghái para descubrir cómo llegan las cerezas al país.
Mi guía en el mercado es David Smith, un estadounidense que creció en el campo de manzanas de su familia en el estado de Washington. Ahora trabaja para una compañía frutera internacional en el mercado.
"Hay cerezas australianas de Tasmania, aguacates mexicanos, chirimoyas taiwanesas, manzanas estadounidenses, cítricos australianos, kiwis nacionales y cerezas de Chile", enumera. "Están representados los cuatro rincones del mundo".
Y con lo mucho que preocupa la seguridad alimentaria en China, no es de extrañar que los consumidores busquen fruta importada como una opción saludable y segura, aunque cara.
Las naranjas y las manzanas son la fruta tradicional que se ofrece como regalo en China. Las cerezas importadas son una llegada relativamente nueva. Su elevada disponibilidad es cosa de los últimos años.
Nos dirigimos hacia el borde del mercado, donde están abriendo un contenedor de envío que contiene veinte toneladas de cerezas. Un grupo de compradores ansiosos se agolpa alrededor esperando su oportunidad para hacer una oferta por un palé repleto de cerezas.
Lo cierto es que pocos compradores prueban las cerezas, están más centrados en su aspecto y su tacto.
Le pregunto a algunas personas qué les parecen las cerezas hoy.
Un comprador dice que son demasiado rojas. Los clientes de Shanghái prefieren variedades más dulces y de color más oscuro. En el norte, se prefieren las de un rojo más claro y más ácidas.
Le pregunto a un comprador si esas cerezas son demasiado caras para que puedan permitírselas los clientes normales.
"¿No se ha enterado? Ahora los chinos tienen dinero", dice. "Y ofrecer regalos caros te honra".
Las cerezas se han convertido en un regalo de máxima calidad, pero algunos compradores explican que aunque las importaciones de cerezas han alcanzado su máximo este año, ya no son la fruta de lujo que eran hace tan solo un año.
La familia de Vincent Chen lleva en el negocio de importación de fruta veinticinco años. El pasado Año Nuevo chino hizo muy buenos negocios con las cerezas, pero este año, según él, el mercado está inundado.
Fuente: pri.org