
La elevada pluviometría, las olas de calor y el pedrisco han mermado los rendimientos en campo, lo que dará lugar a una cosecha menor de lo que se esperaba. No obstante, de acuerdo con Vicente Masià, presidente de la Asociación Española del Kaki, este año se superará la producción de 2014 en un 5%, lo que se traduce en alrededor de 210.000 toneladas.
"Mientras que el año pasado, entre marzo y octubre, apenas se registraron precipitaciones de entre 30 y 40 litros por metro cuadrado, este año ya hemos alcanzado los 300 litros", explica Masià. "El exceso de agua provoca que los árboles desprendan más cantidad de fruta".
Sin embargo, señala que "por otra parte, el agua ha beneficiado en gran manera a la calidad de la fruta, que este año dará mejores calibres, algo que nos permitirá llegar a más mercados de exportación. Los tamaños más comerciales son de entre 200 y 250 gramos".
El cierre del mercado ruso el año pasado trajo consecuencias desastrosas para el sector, ya que el mercado europeo tuvo excedente de kaki y los precios de venta no compensaron los precios que las cooperativas y comercializadoras pagaron a los agricultores por la fruta.
"Necesitamos ampliar nuestras exportaciones a los mercados fuera de la Unión Europea", indica Masià. "Creemos en el potencial de los mercados asiáticos, Oriente Medio, Brasil y Canadá, entre otros, donde cada año aumentan los envíos. Si somos capaces de exportar cítricos a más de 80 países fuera de la UE, también podemos hacerlo con los kaki", afirma.
De acuerdo con Masià, "Japón, Corea, Malasia, Singapur o China son países donde tradicionalmente se produce y consume kaki. Estamos trabajando con el Ministerio de Agricultura y Pesca de España para que se avance en materia de protocolos para poder acceder a China, un mercado que podría absorber una gran cantidad de kaki español".