La mancha negra es una enfermedad fúngica de los cítricos que se da en todo el mundo en lugares concretos con un clima subtropical. El hongo provoca pequeñas lesiones negras en las frutas, lo que dificulta la venta del producto, aunque el daño es puramente cosmético y la calidad de consumo no se ve afectada. Tampoco supone ningún peligro para la salud humana. Los árboles no mueren a causa de esta enfermedad, como sí ocurre con otras enfermedades que afectan a los cítricos, como la muerte súbita de los cítricos, que mató millones de árboles de cítricos en Brasil. Para enfermedades de ese tipo, estaría justificada la toma de precauciones estrictas.
No obstante, el problema de la mancha negra tiene un gran impacto económico. Los citricultores de Sudáfrica, en particular, se han visto gravemente afectados por la situación. En noviembre de 2013 se procedió a la primera interrupción de la exportación de cítricos desde determinadas partes de Sudáfrica bajo la amenaza de veto por parte de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria. Este patrón se repitió en los años siguientes. En 2014 y 2015, los citricultores sudafricanos dejaron de exportar en septiembre tras haberse detectado casos en una cantidad mínima de lotes de exportación.
Mientras tanto, el precio del sistema de gestión de riesgos se ha expandido hasta niveles ridículos, todo a expensas de los productores. Aunque parezca extraño, las importaciones desde Sudamérica no se han prohibido, aunque se detectan casos de mancha negra con el doble de frecuencia que en la fruta sudafricana. Según Europhyt, de marzo a septiembre de 2015 se dieron 26 interceptaciones en envíos procedentes de Argentina y Uruguay, mientras que solo se dieron 12 en envíos procedentes de Sudáfrica.
Volkert Engelsman, director de Eosta, importador de fruta ecológica de ambos continentes, comenta: "El veto a la importación es discutible desde un punto de vista científico. El ciclo de enfermedad del hongo es de tal naturaleza que la enfermedad no se puede propagar a los árboles a partir de las lesiones de la fruta madura. Además, un panel de expertos internacional formado por científicos señaló en 2013 que no había riesgo de transmisión en los climas europeos. Simplemente, el hongo no se da en el clima mediterráneo".
Engelsman añade: "La provincia sudafricana del Cabo Occidental tiene un clima mediterráneo y lleva cultivando limones ochenta años. No se ha restringido el movimiento de cítricos entre la dos zonas. Y la mancha negra no ha podido prosperar en el Cabo Occidental en ochenta años".
Así pues, Engelsman se hace una pregunta obvia: "Sudáfrica y España son los mayores productores de cítricos del mundo. Dado que solo están afectadas las importaciones desde Sudáfrica, uno se pregunta si realmente es una medida sanitaria, y no una barrera comercial enmascarada. Parece muy claro que la UE quiere proteger a los citricultores europeos. Al mismo tiempo, uno se pregunta por qué no se han prohibido los cítricos argentinos, pese a que se dan más y representan un mayor impacto".
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Michaël Wilde
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